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Estados Unidos

La caída de Biden reabre la polémica sobre su candidatura a la reelección

Queda menos de un año para que se celebren las primarias y el hombre que intenta su reelección y se esfuerza en dar una imagen saludable y de fortaleza, tropieza consigo mismo una y otra vez

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El presidente de Estados Unidos lo ha vuelto a hacer. Joe Biden se cayó de nuevo y terminó en el suelo. Necesitó de la ayuda de tres personas para levantarse, aunque lo intentó hacerlo sólo. Los resbalones, patinazos, tropiezos y lapsus del sucesor de Donald Trump en la Casa Blanca se acumulan y la caja de Pandora que cuestiona su intento de reelección amenaza con abrirse de par en par.

La imagen de Joe Biden por los suelos ha vuelto a encender las luces de alarma en Washington y en el Partido Demócrata. Queda menos de un año para que se celebren las primarias y el hombre que intenta su reelección y se esfuerza en dar una imagen saludable y de fortaleza, tropieza consigo mismo una y otra vez.

Los 80 años del demócrata son un quebradero de cabeza para los suyos y una luz al final del túnel de las elecciones para los republicanos. Las opciones de Donald Trump, Ron DeSantis, Mike Pence o Nikki Haley, se multiplican cada vez que Biden protagoniza uno de sus múltiples tropiezos. El primero -en cabeza en las encuestas-, no quiso hacer leña del árbol caído y expresó su deseo de que Biden se encontrará bien.

No puedes caerte, aunque tengas que deslizarte por las rampasDonald Trump

Con ironía Trump añadió: «No puedes caerte, aunque tengas que deslizarte por las rampas», en alusión a un episodio que protagonizó él en 2020 al bajar oscilante por una rampa en West Point que supuestamente estaba mojada.

El presidente de la primera potencia del mundo había pronunciado un discurso y entregado los diplomas a los cadetes. En la graduación de la Academia de la Fuerza Aérea en Colorado no había nada en la superficie que pudiera provocar la escena que ha dado, una vez más, la vuelta al mundo. Biden, como se ve en las imágenes, se cayó solo.

Ahora su médico, Ben LaBolt, dice que, aunque no se aprecia, tropezó con un saco pero el obstáculo no aparece por ningún lado.

Los esfuerzos de Biden por parecer juvenil y en forma son en vano. La gorra azul calada en la cabeza aguantó con la firmeza que él no tuvo. La portavoz de la Casa Blanca, Kerine Jean-Pierre, se apresuró a aclarar a los periodistas que pese al tremendo golpe que se dio al caer de costado, se encontraba «totalmente bien» y había subido al Air Force Once en dirección a Washington, con «una sonrisa enorme».

Sonrisas no parece que sea lo que se vea en el Partido Demócrata. Quizás, las muestren a escondidas Marianne Williamson o Robert F. Kennedy Jr, aspirantes a desplazar en las primarias demócratas a Biden que con estos «accidentes» parecería perder, además del equilibrio, el apoyo de los suyos.

Antecedentes

En Estados Unido -y en el resto del mundo- se hace recuento de las caídas del presidente del país más poderoso del planeta. En marzo de 2021, a los pocos meses de llegar a la Presidencia, tropezó en tres ocasiones hasta que no pudo mantener la verticalidad mientras subía las escaleras del avión.

En junio de 2022 se mostraba ante las cámaras paseando en bicicleta. Se detuvo y no tuvo los reflejos para apoyar a tiempo los pies en el suelo. De nuevo terminó en el suelo. Se encontraba en Delaware de fin de semana con su mujer, Jill. Los escoltas que le acompañan le socorrieron de inmediato.

La secuela tiene sus réplicas en lapsus difíciles de entender. En la Universidad de Carolina del Norte, antes de cumplir los 80, pronunció un discurso ante unos estudiantes asombrados al ver que al terminarlo trataba de estrechar la mano con alguien inexistente a su lado. Estaba desorientado y permaneció con la mano tendida en el aire unos segundos. Cuando advirtió el error se equivocó para bajar del escenario.

El suma y sigue deja atrás el lapsus cuando presentó a su esposa como si fuera su hija o cuando el último septiembre preguntó con insistencia, en un congreso sobre el hambre, micrófono en mano, por Jackie Walorski, congresista de filas demócrata que había fallecido el mes anterior.

A otro que estaba en silla de ruedas, Chuck Graham, senador por Misuri, le animó a levantarse para «que te vean». A Kamala Harris, su vicepresidenta, se ha dirigido como ocupara la primera magistratura y a un periodista de la FOX que le había pedido una valoración sobre la inflación le definió, pensando que el micrófono estaba cerrado: «Estúpido hijo de puta» .

A Biden llegar hasta donde ha llegado no le ha sido fácil. Superó un tartamudeo y se sobrepuso a la muerte de un hijo de la que también dio explicaciones que tuvo matizar al observar que había caído en combate cuando la razón de su muerte fue un tumor en la cabeza.

Lapsus, despistes y patinazos

Entre sus intervenciones más desafortunadas se recuerda aquella en la que dijo: «Tenemos al primer afroamericano que ha entrado en la cultura predominante y que es elocuente, brillante, limpio y bien parecido. Es como de cuento». El tema racial le ha jugado malas pasadas hasta el punto de llegar a afirma: «Los niños pobres son tan brillantes y tienen tanto talento como los niños blancos».

Lapsus, despistes y tropiezos al margen, la cuestión ahora en Estados Unidos es si Joe Biden está en condiciones de intentar la reelección o lo que es más preocupante visto lo visto, si debería terminar la legislatura.