470 días de guerra en Ucrania
Balance de la voladura de una presa: 2.700 evacuados, nivel del agua a 5 metros y varios muertos
El perjuicio es infinito y el daño material, el único que se puede cuantificar. La voladura della Central Hidroeléctrica de Nueva Kajovka, en el sur de Ucrania, provocó inundaciones en decenas de poblaciones, arruinó la vida de miles de personas y continúa devorando territorio. El nivel del agua ha llegado a los cinco metros y sigue creciendo. Todo es desolación y tristeza.
Todas las miradas se clavan en Moscú aunque el Kremlin, como era previsible, se lava las manos y apunta a Kiev. La detonación se produjo desde el interior de la presa que estaba bajo control ruso y su derrumbe parcial, impedirá el avance de las tropas ucranianas.
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Según el Gobierno ucraniano, -informa Efe- hasta el momento se ha evacuado de las zonas más afectadas por la inundación resultante a más de 1.450 personas de la margen occidental del río Dniéper, en el que se encontraba la presa y que parte en dos la provincia ucraniana de Jersón.
En la orilla izquierda, ocupada por Rusia, los medios rusos hablan de 1.300 evacuados hasta el momento. En total, más de 2.700 evacuados.
100.000 hectáreas anegadas
Del lado del río bajo control del Gobierno de Kiev el agua de la presa ha anegado ya unas 100.000 hectáreas de terrenos agrícolas, según datos del Ministerio de Agricultura ucraniano, que ha advertido de las consecuencias para la seguridad alimentaria que esto podría tener para una de las regiones más productivas de Europa.
Además, la destrucción de la presa hace imposible el funcionamiento de al menos 31 sistemas de irrigación no sólo de la provincia de Jersón, sino también de las regiones colindantes de Dnipropetrovsk y Zaporiyia. Estos sistemas permitían regar más de medio millón de hectáreas.
129 subestaciones eléctricas
Unos 20.000 abonados al sistema eléctrico ucraniano se han quedado sin luz en los territorios del sur de Ucrania controlados por Kiev después de que el torrente de agua liberado por la ruptura de la presa haya anegado 129 subestaciones eléctricas, según informó hoy el Ministerio de Energía ucraniano.
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La catástrofe, calificada por las autoridades ucranianas de «ecocidio», también ha tenido efectos sobre el sistema de canalización y distribución de agua corriente. Seis infraestructuras para la depuración de aguas se han anegado según las autoridades municipales de la ciudad de Jersón.
Según el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, «cientos de miles de personas se han quedado sin acceso normal a agua potable».
Ante esta situación, el Gobierno ucraniano ha aprobado de urgencia una partida presupuestaria para construir tuberías que lleven agua potable a las regiones que utilizaban la presa para su suministro en el sur del país.
Miles de animales muertos
En el Parque Nacional de Jersón, ocupado por Rusia, miles de animales han muerto como consecuencia de la riada provocada por el desbordamiento de la presa, dijo el alcalde impuesto por Rusia en la localidad de Nueva Kajovka.
En el parque, de más de 80.000 hectáreas, vivían ejemplares de más de 70 especies raras.
ONG ucranianas han informado de la muerte de todos los animales del zoo de Nueva Kajovka y de muchos animales de compañía a ambas orillas del río Dniéper.
Toneladas de aceite hidráulico
La oficina presidencial ucraniana ha publicado un vídeo que muestra multitud de peces muertos, presumiblemente como consecuencia del derramamiento de aceite de motor almacenado en la sala de máquinas de la central hidroeléctrica.
Kiev denunció ayer el vertido al río Dniéper y al Mar Negro, en el que desemboca, de al menos 150 toneladas de aceite hidráulico, como consecuencia de una explosión que, según las autoridades ucranianas, sólo pudo haberse producido desde el interior de la sala de máquinas de la central.
Según el Ministerio de Economía ucraniano, construir una nueva central hidroeléctrica tras los daños irreparables sufridos por la que funcionaba hasta ahora en la zona costaría alrededor de 1.000 millones de dólares (más de 930 millones de euros).
El Ministerio estima el perjuicio causado por la pérdida de recursos hídricos provocada por la catástrofe en unos 50 millones de euros.