469 días de guerra en Ucrania
Ochenta pueblos bajo el agua: las consecuencias del ataque a la presa de Kajovka
El embalse era una fuente de agua potable para millones de ciudadanos, así como de riego para la producción agrícola de la zona
Vladímir Putin podría haberse adelantado a la gran contraofensiva que supuestamente Zelenski lleva semanas orquestando. Durante la madrugada del 6 de junio una gran explosión voló la Central Hidroeléctrica de Kajovka.
El ataque a la gran presa ucraniana se realizó desde el interior, concretamente desde la sala de máquinas, que voló por los aires , dejando la planta completamente destruida y sin opción a una posible restauración.
Esta ofensiva –atribuida por Ucrania al Ejército de Putin– tuvo como consecuencia una salida sin control del agua que retenía la presa. Desde el momento de la explosión en la central hidroeléctrica, las inundaciones en el sur de Ucrania no han cesado.
Consecuencias
Según ha informado el propio presidente ucraniano, este episodio bélico ha provocado que 80 pueblos y aldeas hayan sido sumergidos bajo el agua, mientras la evacuación de la zona continúa. De acuerdo con la información proporcionada por el portal Ukrinform, decenas de miles de personas habitan todavía el área afectada.
Esta no es la única consecuencia del ataque a la presa de Kajovka. El embalse era una fuente de agua potable para millones de ciudadanos, así como de riego para la producción agrícola de la zona.
Asimismo, la disminución incontrolada del nivel del embalse supone un gran riesgo para la central nuclear de Zaporiyia, ya que el agua que suministraba la Central Hidroeléctrica de Kajovka se utiliza para recibir energía para los condensadores de turbina y los sistemas de seguridad de la central nuclear, ocupada por los rusos.
Cruce de acusaciones
Zelenski ha calificado este ataque ruso como un «ecocidio» y ha acusado a Rusia de provocar «el mayor desastre ambiental provocado por el hombre en Europa en décadas».
A pesar de las acusaciones del líder ucraniano hacia su país enemigo, Rusia insistió este martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU que Ucrania es responsable de la destrucción de la presa de Kajovka e inquirió una investigación sobre lo ocurrido.
Es físicamente imposible hacer estallar la presa desde el exteriorPresidente de Ucrania
La guerra de acusaciones entre ambos bandos no ha cesado. Ucrania sostiene que Rusia llevaba meses preparando el terreno para la destrucción de la presa de Kajovka y que su objetivo actual es «culpar a la víctima por sus propios crímenes».
Desde Moscú defienden que la presa ha sido destruida por las fuerzas ucranianas y sostienen dos objetivos: atraer la atención para facilitar el reagrupamiento de tropas ucranianas en un momento en el que su contraofensiva no está avanzando y provocar «el máximo daño humanitario» a la población.
El jefe de Estado ucraniano ha declarado durante su discurso telemático en la Cumbre de los Nueve de Bucarest que «es físicamente imposible hacerlo estallar de alguna manera desde el exterior, con bombardeos. Fue minada. Fue minada por los ocupantes rusos. Y fue volada por ellos».
Postura internacional
Desde Occidente, la noticia de la destrucción de la presa de Kajovka se ha tratado con cautela, sin una atribución directa a ninguno de los países contendientes. Estados Unidos, Reino Unido y Francia, las tres potencias occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU, evitaron atribuir a Ucrania o Rusia la responsabilidad de la voladura del embalse, aunque insistieron en que sin la invasión lanzada por Moscú este desastre nunca se habría producido.