Fin de una era
Muere a los 86 años Silvio Berlusconi, el hombre que manejó todos los hilos del poder en Italia
El líder de Forza Italia había sido ingresado hace una semanas a causa de una neumonía, agravada por la leucemia que padecía desde hacia años
«El fin de una era», titula La Repubblica. Silvio Berlusconi, el hombre que manejó todos los hilos de Italia y fundó un imperio televisivo, Mediaset, ha fallecido esta mañana a los 86 años, tras ser ingresado nuevamente en el hospital San Raffaele de Milán, a causa de una leucemia.
El ex primer ministro italiano y líder de Forza Italia padecía una leucemia crónica y llegó el viernes al San Raffaele para someterse a un reconocimiento rutinario. Pero, su fuerza física no ha resistido a esta larga enfermedad. El mandatario italiano ha estado rodeado de sus hijos y su pareja, Marta Fascina, en todo momento.
Una Italia sin Silvio Berlusconi parece evocar una realidad paralela. En los últimos 50 años del país, no ha habido día que su nombre no se haya escuchado en los medios de comunicación, ya sea por sus gestas políticas, sus excentricidades o sus muchas polémicas. O lo odias o lo amas, no existe la indiferencia ante una figura como la de Berlusconi.
El líder de Forza Italia ha ganado tres elecciones y dirigido cuatro gobiernos durante un tiempo récord de nueve años. Pero, si hay que atribuirle algo, es su dimisión, en un momento decisivo para Italia, en medio de la peor crisis económica que ha sacudido a Europa. Berlusconi supo dar un paso atrás y dejar el poder, forzado por los mercados y la Unión Europea.
Los países del sur de Europa sufrieron las peores consecuencias de la crisis del 2008. Italia afrontaba una deuda pública imparable, y los mercados caían en picado. Los grandes líderes europeos del momento, con Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, y Angela Merkel, canciller alemana, al frente, acusando a los países sureños de no haber hecho lo suficiente.
En esos duros años, Berlusconi, perdió todos los apoyos dentro y fuera del país. El entonces primer ministro de Italia decidió ceder su lugar al frente del Plazzo Chigi, en lo que se bautizó como el fin de la era de 'Il Cavaliere'. Pero esta retirada, como todo aquello que rodea a Berlusconi, estuvo envuelta de polémicas. El líder de Forza Italia apuntó entonces a una «traición política».
El inmortal
Entre sus muchos apodos destaca «El inmortal», por su longevidad en política, y que cobra aún más sentido un día como hoy. La figura de Berlusconi esconde sus luces y sombras. No solo destacó en la política, su perfil de magnate de las telecomunicaciones lo convirtió en una de las figuras más influyentes de la sociedad italiana y dueño de una de las mayores fortunas.
El conglomerado empresarial de la familia Berlusconi Fininvest, incluye cadenas de televisión (Mediaset), periódicos, la editorial Mondadori y otras participaciones. El ex primer ministro italiano, fanático hasta la médula del deporte por antonomasia en Italia, el fútbol, también presidió durante 31 años el AC Milan, antes de venderlo en 2017 a inversores chinos.
Pero la versión de Berlusconi más conocida es la de aquel político que perdía la cabeza por las mujeres. Tres matrimonios y cinco hijos, pero que no fueron suficientes para «el Caimán» –quizás uno de los políticos que más apodos ha recibido–, que saltó a las portadas de todo el mundo por haber sido acusado de prostitución de menores en las fiestas bunga-bunga, en su mansión de Milán.
Con todo, Berlusconi ha sido, sin duda, la figura más influyente del último cuarto de siglo de Italia. El ex primer ministro nunca fue ajeno al poder. Se afilió a la logia masónica P2 –Propaganda Dos–, desde muy joven, donde cultivó relaciones sólidas con los socialistas de Bettino Craxi, entonces líder de Italia. Pero, en 2012 sus aspiraciones se vieron truncadas y tuvo que abandonar la política tras ser inhabilitado por fraude fiscal.
Aún así, nunca abandono el liderazgo de su partido Forza Italia, que hoy queda descabezado. Entre las medidas estrellas de Berlusconi, destaca la «revolución liberal» de menos impuestos y más crecimiento, la promesa que le llevó al Gobierno. Su paso por la historia política de Italia ha dejado huellas imborrables: ha sido el precursor de un estilo de político millonario, imitado y replicado a nivel mundial.