El descenso del embalse de Kajovka deja al descubierto cráneos y restos de la II Guerra Mundial

La guerra no deja de dar sorpresas. Ucrania insiste en sus denuncias contra Rusia por haber volado la presa de Kajovka en Jersón y aislar ahora a las localidades próximas sin que puedan recibir ayuda humanitaria. Entretanto, el embalse se vacía y en el camino queda despejada la tierra hecha fango y entre ésta asoman restos humanos de la II Guerra Mundial.

Un cráneo con el casco de combate, otros esparcidos a lo largo y ancho del fondo del embalse que ha dejado al descubierto las calaveras de combatientes imposibles de identificar. El panorama es desolador. Guerra sobre guerra, la zona es cosa de muertos nuevos y de aquellos del siglo pasado que desaparecieron o se los tragó el agua.

La contraofensiva ucraniana ve estas imágenes desde sus trincheras. Reconquistar el territorio arrebatado por las tropas de Putin es un objetivo concreto, pero nada fácil de lograr. Un paso adelante y dos atrás.

En Krivói Rog, la ciudad que vio nacer a Zelenski, una decena de cadáveres les recuerda que el drama continúa. Lo mismo sucede en Járkov, al noroeste y hasta en Kiev donde los misiles no se anuncian, impactan.

A veces se gana y otras se pierde, pero la leyenda de que la Federación Rusa se queda sin recursos parece que es exactamente eso, una leyenda.

Más drones de Irán para Rusia

La inteligencia británica asegura que los envios de aviones no tripulados de Irán se han multiplicado y el Kremlin aprovecha para dar la batalla. Teherán negó una y mil veces que entregase sus drones, después de que Putin ordenase invadir la exrepública soviética que se independizó con la caída de la URSS. Ningún servicio de inteligencia occidental considera verosímil esta explicación.

Los británicos dan cuenta de que el arsenal de drones ha llegado a Rusia por mar durante los últimos meses, pero advierte que antes, aunque en menor cantidad, los envíos llegaron vía aérea. Que el enemigo que has creado te subestime es una ventaja.