Putin le da la espalda al jefe de los Wagner y apoya la decisión de integrar a sus mercenarios en el Ejército

El pulso entre el fundador y actual jefe del Grupo Wagner con el Ministerio de Defensa ruso ha escalado hasta Vladimir Putin.

Yevgeny Prigozhin desafió públicamente a Sergei Shoigu al negarse a incorporar a sus mercenarios al Ejército que tanto ha criticado y ahora hace lo mismo con su mentor.

El diario británico The Guardian publica que Putin, en una reunión con un grupo de blogueros, realizó unas declaraciones en las que no dejó espacio para la duda sobre su posición en el choque frontal que tiene su viejo amigo y organizador de banquetes y el titular de la cartera más importante en este momento de la invasión a Ucrania.

Esto [contratar a los Wagner para el Ejército] tiene que hacerse y hacerse lo más rápido posibleVladimir Putin

«Esto tiene que hacerse y hacerse lo más rápido posible», aseguró Putin en relación a la exigencia de Shoigu de que todos los miembros del colectivo suscriban un contrato con las Fuerzas Armadas para dejar de ser paramilitares a sueldo de Prigozhin.

La fecha límite para cumplir con la orden del ministro es el 1 de julio, pero el jefe de los Wagner advirtió que hará caso omiso a la petición. «La compañía militar privada Wagner no firmará ningún contrato con Shoigu», advirtió en su cuenta de Telegram. «Esas órdenes y decretos se aplican a empleados del Ministerio de Defensa y al personal militar» pero no a su ejercito particular que está «completamente subordinado a los intereses de la Federación Rusa y al comandante en jefe supremo», se justificó a principios de semana.

El «comandante en jefe supremo» que es Putin había guardado silencio, pero en esta reunión de la que da buena cuenta The Guardian, decidió tomar cartas en el asunto y mandarle un mensaje al hombre que levantó un imperio a su sombra.

Ninguno de los luchadores de Wagner está preparado para volver a recorrer el camino de la vergüenza. Así, nadie firmara contratosYevgeny Prigozhin

Advertido el miércoles de las declaraciones de Putin, el jefe de los Wagner pareció redoblar la apuesta. «Cuando empezamos a participar en esta guerra, nadie dijo que estaríamos obligados a suscribir acuerdos con el Ministerio de Defensa», respondió.

A renglón seguido, añadió: «Ninguno de los luchadores de Wagner está preparado para volver a recorrer el camino de la vergüenza (por los fracasos del ejército en Ucrania). Así, nadie firmara contratos», advirtió de nuevo.

Para calmar la posible irá de su «comandante en jefe supremo», anticipó que seguro que encontraría otro «objetivo» en el sentido de que los Wagner quedarían fuera de ese requerimiento de virtual disolución al ponerse bajo las órdenes del Ministerio de Defensa.

Con la cuerda tensa entre Prigozhin y el Kremlin, la lectura inmediata que se hace tras conocerse las palabras de Putin es que éste, finalmente, le habría soltado la mano a su protegido, un hombre problemático, con estafas en sus contratos de abastecimiento de alimentos con el Ejército, capaz de capturar y maltratar a soldados rusos y además, ambiciones políticas.

«La gente ha descartado erróneamente a Prigozhin muchas veces», confía un ex oficial de Defensa ruso a The Guardian. «Shoigu actualmente tiene la ventaja, pero si la contraofensiva de Ucrania falla, es probable que Prigozhin sea convocado de nuevo», agregó.

Nos dimos cuenta de que los 'generales de alfombra' […] no son efectivos, por decirlo suavementeVladimir Putin

El exfuncionario también señaló que Putin, pese a apoyar a su ministro, insinuó el martes que algunas de las críticas de Prigozhin a los militares estaban justificadas. «Al comienzo de la operación militar especial, rápidamente nos dimos cuenta de que los 'generales de alfombra' […] no son efectivos, por decirlo suavemente», habría confiado.

Dicho esto, añadió: «Empezó a salir gente de las sombras que no habíamos visto ni oído antes, y resultó ser muy eficaz y útil».

De ser ciertas sus palabras, quizás habría que pensar que Putin lo que intenta es poner límites a Prigozhin, pero no destruir a los Wagner que, finalmente, sería lo mismo que quemar a su «chef».