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Inmigrantes en la frontera entre Bielorrusia y PoloniaEFE

Europa

El efecto de la cumbre de la OTAN: Polonia se prepara para otra avalancha migratoria desde Bielorrusia

Las autoridades polacas se preparan para hacer frente a una nueva avalancha de inmigrantes desde el país vecino

Una valla de acero de 5,5 metros de altura, rematada con alambre de espino separa la frontera polaca de Bielorrusia. Esta separación lleva en pie más de un año, tras la última crisis migratoria, en noviembre de 2021. Ahora, Polonia teme que Minsk vuelva a tensionar la situación con una avalancha de inmigrantes.

La crisis del 2021 a día de hoy se puede considerar como el preámbulo de un conflicto aún mayor, la guerra de Ucrania, tres meses después. Las tropas rusas usaron el territorio de Bielorrusia como lanzadera para invadir el país europeo, mientras acumulaban fuerzas en el terreno, bajo el argumento de «maniobras militares».

La crisis migratoria polaca sirvió de distracción para que el Ejército del Kremlin se hiciera fuerte en la antigua república soviética, mientras Polonia sufría una avalancha migratoria desde ese mismo territorio. Varsovia se rearmó en la frontera, Bielorrusia hizo lo propio, y de ahí el resto ya es historia. Una brutal historia que ha desencadenado una guerra en el corazón de Europa.

La próxima cita de gran calado internacional, la cumbre de la OTAN, y que desquicia al Kremlin, tendrá lugar el mes de julio en Lituania, también ex república soviética, para mayor enfado del presidente ruso, Vladimir Putin. Ante la muestra de fuerza y unión de la Alianza, donde además se inaugurará el Consejo OTAN-Ucrania, Polonia teme que Rusia tome represalias para deslucir la cita.

Desde la semana pasada, activistas de varias oenegés han informado sobre un incremento de las patrullas militares polacas, así como mayores controles, especialmente en la zona del bosque de Bialowieza, que delimita con Bielorrusia. «Vemos más presión en la frontera que hace dos o tres meses», afirmó el subdirector del Ministerio del Interior polaco, Maciej Wąsik.

Wąsik aprovechó su intervención en una reunión sobre inmigración para arremeter contra los activistas que, desde 2021, prestan ayuda humanitaria a los refugiados e inmigrantes. «No podemos aceptar que el régimen bielorruso y Putin nos impongan determinados comportamientos. No les quito sus intenciones, pero están tocando el tambor en esa orquesta», criticó el diputado polaco.

El coronel Arkadiusz Tywoniuk, de la Guardia Fronteriza polaca, compartió estas mismas preocupaciones y afirmó que Bielorrusia «está intentando abrir más destinos migratorios». Según el coronel, desde principios de este año «ha habido casi 12.300 intentos ilegales de cruzar la frontera» y que se está produciendo una «escalada del comportamiento agresivo por parte de quienes realizan tales intentos».

Las autoridades polacas apuntan al 11 y 12 de julio, con la cumbre de la OTAN de fondo, como la fecha clave para desencadenar una nueva crisis migratoria. Unos días que, además, coinciden con la celebración del festival internacional de arte Slavic Bazaar, en la ciudad bielorrusa de Vitebsk (norte), a la que asistirán participantes de 70 nacionalidades.

«Puede ser parte de una operación especial», insistió el coronel Tywoniuk. Minsk ya ha anunciado que no exigirá visado para los extranjeros que quieran asistir al evento. Pero la sustitución del responsable de la vigilancia fronteriza de Bielorrusia, Anatol Lapo, por Konstantin Molostov, ha hecho sonar todas las alarmas.

Polonia acusa a Molostov de orquestar la entrada de cientos de inmigrantes en noviembre de 2021 y también le responsabilizan de «militarizar la frontera bielorruso-polaca». Putin utiliza Bielorrusia para crear un nueva amenaza en Europa, ante la contraofensiva ucraniana y las pérdidas rusas, el Kremlin necesita crear una nueva distracción en Occidente que persuada a los aliados de seguir apoyando a Kiev.

Polonia ha sido el país que más beligerante se ha mostrado con Rusia y más se ha comprometido con Ucrania, por lo que teme que todas las frustraciones de Putin en el campo de batalla recaigan sobre su país. En esta ocasión, en forma de guerra híbrida, con una crisis migratoria desde el vecino bielorruso y, sin aparente, conexión con Moscú.