La alta participación de los jóvenes en los disturbios de Francia trastoca los planes de Macron
El presidente francés afirma que un tercio de los detenidos son menores de edad, un dato que amenaza el futuro del país y la celebración de los Juegos de 2024
Francia vuelve a echar fuego. Una vez superada la crisis por la polémica reforma de las pensiones, el Gobierno de Emmanuel Macron tiene que hacer frente a una nueva ola de altercados en el país galo. La muerte del joven Nahel, de 17 años y ascendencia argelina y marroquí, a manos de la Policía, ha vuelto a prender la llama de los disturbios por todo Francia.
Una ola de violencia, en la que un tercio de los detenidos son menores de edad. Un dato que amenaza el futuro del país y ha trastocado por completo los planes de Macron. El presidente francés, durante una reunión de urgencia, apeló a los padres para contener los disturbios.
«Pido a los padres responsabilidad para que sus hijos se queden en casa», subrayó Macron. En esta misma línea se pronunció su ministro de Justicia, Éric Dupond-Moretti, que advirtió a los progenitores que tienen una obligación penal –hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa– si no ejercen su autoridad.
«Encontramos a jóvenes de entre 12, 13 y 18 años. El presidente ya lo ha dicho, no es el Estado sino los padres los que crían a los hijos», declaró Dupond-Moretti. Ante el alto número de jóvenes que se han unido a esta ola de violencia, el Gobierno galo ha recurrido a los ídolos nacionales, en un intento desesperado, para que cesen los disturbios que ya se han propagado fuera de las fronteras, llegando a Bélgica.
El capitán de la selección francesa, Kylian Mbappé, ha pedido, a través de su cuenta de Twitter, el fin de las revueltas. «La violencia debe terminar», ha afirmado en un comunicado. Mbappé ha señalado que aunque comprende el fondo «de la cólera popular», llama al «apaciguamiento, la concienciación y la responsabilidad».
Una petición similar ha hecho pública un influyente grupo de seguidores del Olympique de Marsella (OM), conocido como Los Vencederos del Sur 1987. Estos aficionados han instado a los «jóvenes» a que «sean prudentes» y «detengan inmediatamente los actos de destrucción». En el comunicado condenan «enérgicamente» los actos vandálicos.
La reciente oleada de violencia que asola de nuevo a Francia, y no solo a los suburbios de París, ha puesto en jaque los planes de Macron y vuelve a reabrir el debate sobre la viabilidad del modelo de integración y la inmigración en el país galo. El último balance de esta quinta noche de disturbios deja más de 700 detenidos y 45 policías heridos.
A pesar del monumental despliegue de fuerzas, anunciado por el ministro de Interior francés, Gérald Darmanin, que autorizó la movilización de unidades blindadas de la gendarmería, así como el despliegue de 45.000 agentes en el país, no se han podido evitar nuevos saqueos, destrozos, barricadas e incendios a lo largo de todo Francia.
Macron tuvo que abandonar, de urgencia, la cumbre de la Unión Europea el viernes para liderar una reunión de crisis y tomar medidas para frenar el nuevo estallido de violencia. Ayer, el presidente francés se vio obligado a posponer la visita de Estado a Alemania a raíz de los disturbios.
Las consecuencias de estas revueltas aún pueden ir a más y amenazar la celebración de los Juegos Olímpicos en París en 2024, sobre todo, tras el precedente de la final de la Champions en 2022. Numerosos aficionados denunciaron haber sufrido robos a la salida y entrada del Stade de France, ubicado en Saint-Denis, donde las fuerzas policiales no pudieron controlar a los grupos de delincuentes.