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Zaporiyia planta nuclear Ucrania

Imagen de satélite de las instalaciones nucleares de ZaporiyiaAFP

496 días de guerra en Ucrania

¿Por qué Ucrania insiste en que Putin quiere dinamitar la central de Zaporiyia?

Ihor Klymenko, titular del ministerio de Interior, anunció que las tropas se están preparando y realizando ejercicios ante un posible desastre nuclear

Parece, como en la presa de Kajovka, el cuento del lobo. De forma permanente, el Gobierno ucraniano advierte que Rusia pretende provocar un desastre en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa. Con la misma frecuencia, el Kremlin lo desmiente y la Agencia Internacional de Energía Atómica, realiza una inspección y descarta que vaya a producirse lo que sería una versión 2023 de Chernóbil. Pero, el temor y la amenaza persisten.

El mayor general Kyrylo Budano, responsable de Inteligencia militar de Ucrania, denunció a través de su portavoz que las tropas rusas han colocado explosivos junto a cuatro de los seis reactores y minado el estanque de enfriamiento de donde se toma el agua para que los reactores estén a la temperatura adecuada.

Existe un riego extremadamente alto de error humano o dada la cantidad de explosivos, de una detonación accidentalAndriy YusovPortavoz ucraniano de Andriy Yusov

La tensión en la zona va en aumento y el atentado a la presa de Kajovka no ha hecho más que aumentar las sospechas de que Rusia es capaz de provocar una catástrofe nuclear y culpar a Ucrania. Pero lo cierto es que se trata de la obra de ingeniería hidráulica más grande del continente y de producirse escapes o fisuras de gravedad, el efecto se sentiría en todas partes. «Existe un riego extremadamente alto de error humano o dada la cantidad de explosivos, de una detonación accidental», admitió el portavoz ucraniano Andriy Yusov.

La central se encuentra bajo control ruso y los principales técnicos y mejores conocedores de la misma fueron desplazados. No obstante, en el interior permanecían algunos de los trabajadores imprescindibles para poner en funcionamiento y supervisar el estado de los reactores.

En la mente de Putin se está elaborando una catástrofe

La agencia de inteligencia militar informó hace dos días que los tres supervisores rusos habían sido evacuados la zona y que los empleados ucranianos «contratados» deberían abandonar las instalaciones antes del 5 de julio. Estas informaciones se consideran indicios suficientes para sospechar que en la mente de Putin se está elaborando una catástrofe.

Plan A y plan B

Ihor Klymenko, titular del ministerio de Interior, anunció que las tropas se están preparando y realizando ejercicios ante un posible desastre nuclear. El objetivo es tener un plan A y B ante un posible desastre nuclear. Este incluiría formar un cordón de seguridad, cierre inmediato de carreteras y encapsular el sector afectado por la radiación.

The Washington Post informa que para la población que no pueda huir a tiempo se han acondicionado refugios y facilitado las instrucciones a seguir para aquellos que permanezca en sus viviendas. Entre los consejos que se dan, se recomienda apagar el aire acondicionado, sellar las ventanas con paños húmedos y cintas adhesivas y si están al aire libre, recurrir a máscaras que puedan filtrar el polvo radioactivo.

Los reactores podrían fundirse entre 10 horas y dos semanas sin agua

Funcionarios ucranianos y expertos en energía atómica advierten en The Washington Post que, sin suficiente enfriamiento, el núcleo de un reactor podría sobrecalentarse, lo que permitiría la acumulación de una mezcla explosiva de hidrógeno gaseoso y vapor que podría romper la estructura de contención y lanzar cantidades peligrosas de radiación al aire. Los reactores podrían fundirse entre 10 horas y dos semanas sin agua, advirtió Budanov.

Diferente a Chernóbil

¿Qué podría pasar entonces? Pareniuk y otros expertos consideran poco probable que la crisis desatada se parezca a Chernóbil, que explotó cuando el reactor estaba en actividad. Ella dijo que el peor escenario y el más probable es que se reprodujera una situación similar a la de Fukushima en 2011, cuando el combustible en tres de los cuatro reactores de la planta nuclear japonesa se derritió después de un terremoto y un tsunami masivos.

La experiencia de Chernóbil está presente en la memoria de los ucranianos que no parecen entrar en pánico pese a las constantes amenazas y ataques de artillería sobre la central que ha sido orgullo propio y de Europa. «La gente se ha endurecido, se ha vuelto resistente», declara al diario estadounidense Yuri Malashko, jefe de la administración militar de la región de Zaporoiyia.

La central tiene seis reactores que han dejado de estar operativos desde que la central cayera en manos de las tropas rusas

La central tiene seis reactores que han dejado de estar operativos desde que la central cayera en manos de las tropas rusas. Todos, hasta ahora, han logrado mantener la temperatura adecuada para que no se produzca ningún accidente. Si tenemos en cuenta los antecedentes, resulta sorprendente que aún no haya habido un incidente grave.

Ataques de artillería

La central ha sido objetivo de ataques de artillería y revisado en varias ocasiones por los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica que, hasta el momento, han descartado que se puedan producir filtraciones.

El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Rafael Merino Grossi, declaró que el estanque de enfriamiento se estaba reabasteciendo con agua de un canal de descarga en una central eléctrica a carbón cercana y de un sistema de drenaje alimentado por aguas subterráneas, apunta The Washington Post. Merino Grossi calculó que la planta todavía dispone de agua suficiente para «muchas semanas» y dijo no haber advertido que hubiera cargas explosivas colocadas o minas.

Resulta preocupante que apenas permanecen 3.000 de los 11.000 trabajadores necesarios para garantizar la seguridad de la planta

En cuanto a los trabajadores de la planta, resulta preocupante que apenas permanecen 3.000 de los 11.000 necesarios para garantizar el correcto funcionamiento y mantener las instalaciones seguras. «La amenaza de un ataque terrorista es alta», le confía a The Washington Post un trabajador ucraniano

Al desafío de la guerra se suman los daños colaterales y las amenazas de ataques a puntos neurálgicos energéticos. En especial después de que saltara por los aires la presa de Kajovka. De su embalse se absorbe el agua necesaria para mantener las temperaturas de los seis reactores y el combustible utilizado en la mayor central nuclear de Europa.

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