La intensidad de la contienda aumenta con la entrega de EE.UU. de bombas de racimo a Ucrania
El Pentágono considera que las municiones en racimo son particularmente útiles para Ucrania contra las posiciones rusas atrincheradas
Tanto Ucrania como Rusia ya han utilizado bombas de racimo desde el comienzo de la invasión rusa y Ucrania ha pedido repetidamente a Estados Unidos este tipo de armamento desde el verano pasado. Sin embargo, los principales aliados estadounidenses, incluidos Alemania, Francia y el Reino Unido firmaron los Acuerdos de Oslo, que prohibieron el uso, desarrollo, fabricación y transferencia de municiones en racimo desde 2010.
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Ahora todos callan, con la excepción del sector ecologista que forma parte del gobierno de Alemania, quien ha pedido al canciller socialista Olaf Scholz que muestre una posición clara sobre esto en la próxima cumbre de la OTAN, y que dé ejemplo en coherencia con los Acuerdos de Oslo.
El Pentágono considera que las municiones en racimo son particularmente útiles para Ucrania contra las posiciones rusas atrincheradas y el presidente Biden expresó, a un grupo de congresistas de ambos partidos, su apoyo a facilitar municiones en racimo a Ucrania. En EE.UU. el arsenal «es enorme y está sin usar» se afirmó y «debe ser liberado». Las ojivas se denominan «munición DPICM» y son compatibles tanto con los lanzacohetes HIMARS como con los obuses que Estados Unidos ya ha suministrado a Kiev.
Bombas y «bombetas»
Las municiones en racimo son bombas convencionales que contienen y pueden dispersar de decenas a miles de submuniciones explosivas más pequeñas, también conocidas como «bombetas». Las municiones en racimo pueden lanzarse desde el aire, usarse como proyectiles de artillería o como ojivas para misiles de crucero.
Plantean graves inconvenientes morales, aun con lo absurdo que resulta en conflictos armados entrar en el campo de la ética. Las guerras provocan marcos morales alterados, pero, con todo siempre hay «mejor y peor», aunque todo sea malo.
Las que permanecen sin detonar están entre el 10 y el 40 %, según la Cruz Roja Internacional
Las municiones en racimo sirven para bombardear áreas grandes, por ejemplo, aeropuertos, y debido al alcance de las submuniciones que se diseminan, el riesgo de alcanzar objetivos civiles es mucho mayor. Además, las submuniciones representan una amenaza a largo plazo para la población civil, después del final del conflicto, porque no todas las submuniciones explotan. Las que permanecen sin detonar están entre el 10 y el 40 por ciento, según la Cruz Roja Internacional.
La Convención de Oslo
La Convención de Oslo fue creada por varios países en 2008 después de que fracasaran los intentos internacionales de incluir las municiones en racimo en la Convención de Armas de la ONU de 1980. Actualmente, 111 países han firmado y ratificado la convención. Esto incluye a la mayoría de los países de la UE, así como a Canadá, Australia y varios países africanos.
En 2016 fue muy criticado su uso en la guerra de Siria, particularmente por parte de las fuerzas aeroespaciales rusas en la batalla de Alepo, apoyando al ejército de Al Asad. Estados Unidos las usó al comienzo de la guerra de Afganistán y en Irak. El último uso estadounidense de municiones en racimo se remonta a 2003. En 2020, tanto Armenia como Azerbaiyán bombardearon áreas, con bombas de racimo, en la guerra de Nagorno-Karabaj.
Ni Ucrania ni Rusia firmaron los Acuerdos de Oslo y ambos países disponen de bombas en racimo, incluso Ucrania las tiene de existencias soviéticas. Está documentado su uso en el conflicto actual. Las municiones de racimo rusas ya fueron probadas en el este de Ucrania, desde 2014. Ucrania ha justificado el uso y su deseo de entregas de municiones en racimo con el hecho de que compensarían su inferioridad numérica en términos de sistemas de artillería y reemplazo municiones con respecto a Rusia. Pretende usarlas contra las posiciones rusas bien atrincheradas.
Víctimas de la guerra
Según la ONU, más de 9.000 civiles han muerto desde que comenzó la guerra de Ucrania. Entre ellos hay 500 niños, según la Misión de Monitoreo de Derechos Humanos de la ONU en Ucrania (HRMMU) con motivo del 500º día desde el inicio de la guerra de agresión rusa contra Ucrania. Sin embargo, según las estimaciones de los representantes de la ONU, el número real de muertes de civiles es significativamente mayor.
Rusia, por su parte, ha declarado que la entrega de municiones en racimo a Ucrania, anunciada por Estados Unidos, va a suponer claramente una nueva escalada. Lo ha dicho el embajador ruso en Estados Unidos, Anatoly Antonov, añadiendo: «Estados Unidos está profundamente involucrado en el conflicto y está introduciendo a la humanidad a una nueva guerra mundial». La administración Biden «está tan obsesionada con infligir una derrota a Rusia y no toma en cuenta la seriedad de sus acciones». Completó Antonov sus palabras con: «Es por eso por lo que están cometiendo una nueva locura».
Lo cierto es que la intensidad de la contienda aumenta y quedamos pendientes de las importantes decisiones que se adopten en los próximos días 11 y 12 de julio en la cumbre de la OTAN.