Ucrania podría formar parte de la OTAN el próximo año: Stoltenberg plantea un único paso para su incorporación

Cuando se cumplen más de 500 días del estallido de la guerra en Ucrania, y sin vistas a una resolución del conflicto en el corto plazo, su posible incorporación a la Alianza Atlántica continúa siendo uno de los asuntos centrales, como lo fue en el anterior encuentro en Madrid.

En líneas generales, la política aliada se mantiene inalterable, basada en el fortalecimiento de la defensa y el establecimiento de lazos entre ambas partes. Si bien no se ha adoptado ninguna decisión firme sobre su membresía, ambos líderes han incidido en la necesidad de trasladar un «claro mensaje de unidad».

Lo harán a través de la interoperabilidad de las fuerzas ucranianas y de la OTAN, la toma de decisiones conjuntas y, como novedad, la simplificación del proceso de entrada en la Alianza: los dos pasos que establece el vigente plan de acción para la adhesión se reducirán a uno solo.

Así, el presidente Nauseda ha avanzado que Ucrania se convertirá en un miembro de la organización. De acuerdo con su propia razón de ser, resulta imprescindible el consenso de todos los países que la conforman para la toma de este tipo de decisiones, de manera que no es posible adelantar una fecha concreta.

No obstante, el presidente lituano ha subrayado la urgencia de la decisión para que el país invadido pueda mantener su soberanía e independencia. A este respecto, ha anunciado que el plazo de un año constituye una posibilidad razonable, teniendo en cuenta el dilatado proceso de ratificación que establecen la organización. Se ha mostrado optimista sobre la oportunidad de llegar a acuerdos en esta cumbre, anticipando que «Vilna adoptará decisiones que hagan que la posibilidad de que Ucrania se convierta en miembro no sea una teoría más sino una cuestión práctica».

Incorporación de Suecia y Finlandia

En medio de las tensiones ocasionadas por la invasión rusa, el abandono de la histórica posición de neutralidad de Finlandia y Suecia continúa siendo otra de las cuestiones centrales. Esta será la primera cumbre de la Alianza Atlántica en la que el primero participe como miembro de pleno derecho, tras su incorporación a la OTAN el pasado 4 de abril; no así Suecia, cuya incorporación sigue pendiente del veto impuesto por Hungría y Turquía.

Este último sigue insistiendo en que, a pesar de las reformas adoptadas, Suecia aún no reúne las condiciones necesarias para formar parte de la Alianza. Por ello, Stoltenberg y Nauseda han anunciado la voluntad de fortalecer la cooperación entre ambos países y el trabajo conjunto para que Suecia se una a la OTAN «lo antes posible». Como en el caso de Ucrania, no se atreven a dar garantías concretas, pero sí coinciden en que la cumbre supone una ocasión inmejorable para hacer el mayor progreso posible. Avanzan, además, que las negociaciones hasta el momento han sido constructivas.

En los encuentros que tendrán lugar los días 11 y 12 de julio, las naciones participantes tendrán ocasión de discutir asimismo otras cuestiones referentes al fortalecimiento de la defensa común, que pasa por un aumento en la inversión y refuerzo de la presencia militar. Esta se concreta en la creación de tres nuevos planes regionales de defensa y refuerzo del flanco oriental, cuyos detalles se discutirán en la inminente cumbre, con vistas a fortalecer la seguridad de cada porción del territorio, no solo en Lituania sino en todos los países aliados.