Bélgica
Amberes, de ser la capital de los diamantes a ser la de la droga en Europa
La ciudad flamenca corre el riesgo de convertirse en una sombra de lo que fue ante el aumento del tráfico ilegal de estupefacientes a través de su puerto
En Amberes no todo lo que reluce son diamantes. La ciudad flamenca es conocida por ser la capital europea de esta piedra preciosa y es que, por Amberes, pasa alrededor del 84 % de diamantes sin cortar del mundo. Exactamente, por el Diamantkwartier -Barrio de los Diamantes-, compuesto nada más que por tres calles. En apenas una manzana, pero mueve alrededor de 200 millones de euros al día.
Una fama que, desgraciadamente, está empezando a verse opacada por la ingente entrada de droga a través del puerto de la ciudad flamenca. Las autoridades belgas denuncian que, desde los últimos seis años, requisan cada vez más cocaína. De hecho, el pasado año, Amberes alcanzó el récord al incautar 110 toneladas de polvo blanco. Un negocio que mueve entre 50.000 y 60.000 millones de euros al año, es decir, el equivalente al 10 % del PIB belga.
De los diamantes a la droga, Amberes corre el riesgo de convertirse en la sombra de lo que fue. Pasar de ser la capital europea del diamante a la capital de la droga. La ciudad flamenca, sin embargo, sigue empeñada en mantener su imagen de región puntera en el mercado de las piedras preciosas. Los escaparates repletos de joyas es lo primero que encuentras cuando llegas a la ciudad del Escalda. Pendientes, diamantes, collares, pulseras... todos hechos con diamantes. Los precios no están al alcance de cualquiera y los turistas se asoman curiosos a las tiendas.
A pesar de su sobriedad, en el interior de estos comercios se gesta un negocio que mueve fortunas. Alrededor del kilómetro y medio del Barrio de los Diamantes la seguridad es máxima. Los coches de Policía no dejan de pulular por las tres pequeñas calles que componen el Diamantkwartier. Una seguridad que se incrementan con dos puestos policiales a la entrada y salida de Schupstraat, donde se encuentra el Instituto Internacional Gemológico.
Un jugoso negocio que se remonta al siglo XV y que, en su mayoría, está controlado por judíos ultraortodoxos. Es Sabbat -el día sagrado de la semana en el judaísmo-, por lo que todos los comercios están cerrados. Las calles están desiertas, la sinagoga, símbolo del barrio, cerrada a cal y canto. Uno de los pocos profesionales del diamante que se encuentra trabajando, explica, que los que más suelen comprar son los turistas franceses o ingleses. Pero, por las calles de Amberes se ven más curiosos fuera de las tiendas que en su interior.
Amberes es hoy la ciudad europea del diamante gracias a su puerto, el más grande del Viejo Continente, con 129 kilómetros cuadrados. Los judíos introdujeron las primeras gemas a través del puerto de la ciudad flamenca. Siglos después han conseguido mantener uno de los negocios más rentables del mundo, situando a la ciudad del Escalda en el mapa. Sin embargo, lo que en su día fue una fuente de riqueza para Amberes, hoy se ha convertido en un quebradero de cabeza para las autoridades belgas, incapaces de frenar la entrada de droga por esta vía marítima.
Además, el tráfico de drogas ha supuesto un aumento de la violencia en la región. El puerto de Amberes ha pasado de ser el centro neurálgico del comercio de la ciudad flamenca a un auténtico semillero de delincuencia. Una vía que en su día fue puerta de entrada de la piedra más preciada en el mundo, ahora se ha convertido en punto de acceso del polvo blanco.