Fundado en 1910

Paula Andrade

China

Los intentos de China de infiltrarse en los servicios secretos británicos

Ninguna institución, organismo o empresas quedaban fuera de su periscopio: políticos, Fuerzas Armadas y con una atención especial las universidades

China no descansa. El Gobierno de Xi Jinping ha intentado infiltrar a agentes de inteligencia en los servicios secretos británicos. El proceso comenzó hace varios años y Reino Unido lo detectó pronto, pero prefirió mantener en silencio para no enturbiar las relaciones comerciales y averiguar hasta dónde eran capaces de llegar.

The Times se hace eco de un informe en el que califica de «prolífica y agresiva» la actividad de espionaje del gigante asiático en su territorio. Sus misiones no han dejado fuera ningún ámbito, incluido el universitario donde advertían un caldo de cultivo formidable para futuros agentes.

El Comité de Inteligencia y seguridad (ISC), autor del informe, llama la atención sobre los riesgos que corre Reino Unido si se produce un enfrentamiento con Pekín ya que el sector energético, prácticamente, está en manos de empresas chinas.

El ISC, supervisor del resto de los servicios de inteligencia como el MI5, MI6 y el GCHQ, tardó cuatro años en elaborar este informe de 207 páginas. En sus conclusiones, afirmó de forma taxativa que Reino Unido era víctima de un «ataque de China a todo el Estado».

Seducir a estudiantes y profesores para convertirlos en espías

Ninguna institución, organismo o empresa se quedaba fuera de su periscopio: políticos, Fuerzas Armadas y con una atención especial en el ámbito académico, donde estaría intentando infiltrar o mejor dicho, seducir a estudiantes y profesores para convertirlos en espías.

«Sembrar a alguien en una de las agencias de inteligencia»

La universidad, de acuerdo a la información que publica The Times, es «un caldo de cultivo rico» para China, pero nada más atractivo que «sembrar a alguien en una de las agencias de inteligencia». El diario llega a la conclusión de que esos intentos del gobierno de Xi Jinping fueron infructuosos.

El servicio de inteligencia estaba alertado y vigilaba cada movimiento para evitar filtraciones o intrusismo en sus servicios.