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El presidente de EE.UU., Joe Biden, durante la reunión con los países nórdicos en el Palacio Presidencial en HelsinkiEFE

513 días de guerra en Ucrania

EE.UU. aumentan las sanciones a 120 empresas que colaboran con el Kremlin

Las afectadas suministran munición y tecnología al Kremlin para fortalecer su posición en la invasión a Ucrania

Estados Unidos vuelve a aumentar la lista negra de empresas sancionadas por colaborar con el régimen de Vladimir Putin. La última tanda anunciada hace unas horas asciende a 120 las compañías penalizadas. Entre estas, de países de la propia Federación Rusa, de Kirguistán, Emiratos Árabes Unidos y Serbia.

Según Washington las afectadas suministra munición y tecnología al Kremlin para fortalecer su posición en la invasión a Ucrania, una guerra que lleva más de 500 días y que tiene pocos visos de terminar pronto.

El sector electrónico está en el punto de mira del gobierno de Joe Biden así como fabricantes de municiones, explosivos, proyectiles y armamento variado para las tropas que tratan de conquistar Ucrania desde febrero del pasado año.

Sector aeroespacial y financiero

El sector aeroespacial, media docena de bancos y otro tanto de institutos de investigación, bajo la órbita del Kremlin, deberán afrontar las sanciones.

Las medidas anunciadas se explican porque estas compañías hacen de correa de transmisión y envió de material a Rusia e impiden con su política que Moscú evite las sanciones impuestas. Las sanciones las coloca ahora en una aposición difícil al poner la proa en buena parte de sus operaciones internacionales.

El secretario de Estado, Antony Blinquen definió la decisión como una «medida enérgica contra los cómplices de Moscú» que servirá para «restringir el acceso de Rusia a elementos críticos, inhibirán su capacidad de producción de energía y limitará su uso del sistema financiero».

Restringir las capacidades militares de Rusia

El vicepresidente del tesoro estadounidense, Wally Adeyemo puntualizó que las sanciones representan «otro paso en nuestros esfuerzos para restringir las capacidades militares de Rusia, su acceso a los suministros del campo de batalla y sus resultados económicos».

«Mientras Rusia insistan en librar su guerra brutal y no provocada contra Ucrania, impondremos sanciones para privarla de la tecnología que necesita para perturbar la capacidad de reabastecimiento de la industria armamentística».

Kiev convocó al embajador de Kirguistán, Idrins Kadirkulov para expresar su malestar y exigirle que respeta las sanciones impuestas a Rusia. «Se ha llamado la atención del diplomático sobre el hecho de que la Repúblicas de Kirguistán, como miembro de la comunidad mundial, debe ser responsable del cumplimiento de las políticas de sanciones internacionales contra Rusia», manifestó en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano.

En el mismo desliza su preocupación de que Biskek, la capital, estaría «enviando productos de doble uso y componentes y productos de alta tecnología que pueden ser utilizados para la fabricación de armas».

Kirguistán rechazó las acusaciones y negó enfáticamente que su actuación fuera colaboracionistas con el régimen de Putin aunque no descartó que a título particular, algunas empresas privadas pudieran hacerlo. En este contexto anunció que su gobierno iniciará las pertinentes investigaciones para adoptar las medidas que fueran necesarias.

Canadá también siguió los pasos de Estados Unidos y sancionó a 39 personas y 25 instituciones vinculadas al sector cultural y militar de Moscú, incluido el ahora maltrecho Grupo Wagner.