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Asia

Singapur ejecutará a la primera mujer desde 2004 acusada por tráfico de drogas

El país asiático tiene una de las legislaciones antidrogas más estrictas del mundo: traficar con más de 500 gramos de cannabis y con más de 15 gramos de heroína puede acarrear la pena de muerte

Singapur ahorcará este viernes a dos personas condenadas por tráfico de drogas, entre ellas una mujer, la primera en ser ejecutada en el país en casi 20 años. Saridewi Djamani fue sentenciada a la pena de muerte preceptiva en 2018, tras ser declarada culpable por posesión de unos 30 g de heroína con fines de tráfico, según el Transformative Justice Collective (TJC), que rastrea los casos del corredor de la muerte.

Si se cumple la sentencia, será la primera mujer en ser ejecutada en Singapur desde 2004, cuando fue ahorcada la peluquera Yen May Woen, de 36 años, también por tráfico de drogas, aseguró la activista del TJC Kokila Annamalai. El segundo condenado a la pena de muerte es Mohd Aziz bin Hussain, un malayo de Singapur de 56 años, condenado también por traficar con 50 gramos de heroína.

Singapur tiene una de las legislaciones antidrogas más estrictas del mundo: traficar con más de 500 gramos de cannabis y con más de 15 gramos de heroína puede acarrear la pena de muerte. Una investigación de Amnistía Internacional reveló que el país asiático fue uno de los pocos países que ejecutaron a personas por delitos relacionados con las drogas el año pasado, junto con China, Arabia Saudí e Irán.

Al menos 13 personas han sido ahorcadas hasta ahora en Singapur desde que el gobierno reanudó las ejecuciones tras una pausa de dos años durante la pandemia de Covid-19. Amnistía Internacional ha instado a las autoridades a abandonar las ejecuciones.

«Es inconcebible que las autoridades de Singapur continúen cruelmente con estas ejecuciones en nombre del control de tráfico de drogas», denunció Chiara Sangiorgio, experta de Amnistía Internacional en pena de muerte, en un comunicado.

«Mientras que países de todo el mundo están aboliendo la pena de muerte y apoyando reformas en materia de política de drogas, las autoridades de Singapur no están haciendo nada», agregó.