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Lu Tolstova

Von der Leyen se va de vacaciones, ¿y ahora quién manda en Europa?

El «sucesor designado» es quien se queda de guardia en Bruselas por si explotara alguna crisis

Al llegar agosto Bruselas se vacía. Al contrario que España, que importa turistas durante el verano, en Bélgica se exportan –y muchos–. La capital de Europa se despide de los miles de funcionarios que trabajan en las instituciones, que vuelven a sus lugares de origen durante unas semanas, y todos los edificios se quedan sin jefes. Todos salvo uno, en el que siempre tiene que haber alguien al frente.

La Comisión Europea debe continuar con su trabajo, aunque no será Ursula von der Leyen la que se quede sin vacaciones en agosto. La presidenta realizó el lunes un viaje oficial a Filipinas y se le desconoce agenda desde entonces, por lo que ya ha comenzado sus días de descanso. Bruselas, mientras tanto, mantiene su día a día aunque ya ha reducido su ritmo de trabajo: de las cinco ruedas de prensa habituales a la semana se ha pasado a dos. Con menos actualidad y menos gente en sus puestos, menos preguntas que responder.

No serán unas vacaciones tranquilas las de la presidenta de la Comisión Europea, ya que a la vuelta empieza el último curso político de la legislatura. Meses de rumores constantes por delante, de dudas sobre si optará o no a la reelección y debates entre los que quieren que siga al frente de Europa y los que ya le buscan sustituto, como Macron.

Aunque aprovechará para descansar, no serán los días más agradables de la vida de la alemana. Será la primera vez que pase una larga temporada en su casa de la Baja Sajonia desde que un lobo matara a su poni favorito, al que se sentía muy unida. Dolly sufrió el ataque de GW950m el pasado mes de septiembre, lo que provocó también que la política de la presidenta de la Comisión sobre la caza del lobo diera un giro de 180 grados.

Mientras Von der Leyen se toma su tiempo de relax para decidir si será o no su último año, en Bruselas se queda lo que llaman el «sucesor designado». Se trata de una persona que se queda al frente de la Comisión por si surgiera alguna crisis en las semanas de vacaciones y para que las instituciones continúen sus labores habituales. En la práctica, poco tiene que hacer más que mirar cómo llueve por la ventana.

Sucesor designado

El expresidente Jean-Claude Juncker introdujo este sistema en 2017. Al inicio de la legislatura, se establecen turnos rotatorios para ser ese «sucesor designado», de tal forma que se cubren todos los periodos vacaciones y cada comisario se queda de guardia en Bruselas durante 14 días. Tanto Von der Leyen como Borrell quedan exentos de esa rueda debido a la importancia de sus funciones.

El lituano Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, ha sido el que se ha encargado esta semana de abrir y cerrar el Berlaymont, mientras que del 5 al 11 de agosto será Stella Kyriakides la que tenga que cambiar las playas chipriotas por la lluvia belga. La titular de Salud dará paso a la de Interior, que estará al frente del 12 al 18 e Ylva Johansson le dejará el testigo a la maltesa Helena Dalli, que se quedará hasta el 27.

A partir de esa fecha, la Comisión Europea regresa supuestamente a la normalidad, aunque el primer Colegio de Comisarios no está fijado hasta el 6 de septiembre, que es cuando se da por hecho que todos estarán de regreso en Bruselas.