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El presidente francés Emmanuel MacronAFP

Francia

Macron, al jefe de sus espías: «Níger, después de Mali, ¡ya es demasiado!»

El presidente de Francia reprocha a la Dirección General de la Seguridad Exterior su incapacidad para anticipar el golpe de Estado en el país africano

Según el semanario satírico y de investigación Le Canard Enchaîné, durante la última reunión del Consejo de Defensa, celebrada el 29 de julio en el Elíseo, Emmanuel Macron abroncó seriamente al diplomático Bernard Emié, director general de la Seguridad Exterior (Dgse, servicio galo de contraespionaje). ¿El motivo del reproche? La incapacidad del servicio que dirige para anticipar el golpe de Estado llevado a cabo el 26 de julio y que derrocó al presidente Mohamed Bazoum, firme aliado de Francia en el Sahel.

-Macron: «Níger, después de Mali, ça fait beaucoup! (ya es demasiado)»

-Emié, que antes de asumir su actual cargo, fue embajador de Francia en cinco países, entre ellos el Reino Unido y Turquía: «Redacté una nota sobre Níger en enero», dando a entender que el jefe del Estado, o no la había leído, o, peor aún, ni siquiera se la habían transmitido.

-Un ministro presente en la reunión: «O somos todos idiotas, o la nota era incomprensible».

-Conclusión de Macron: «Constatamos que el modo de funcionamiento de la Dgse no es satisfactorio. Si no anticipamos nada, es que hay un problema».

Lo hay: además de la imprevisión en relación con el golpe de Estado, la Dgse tampoco fue capaz de advertir las violentas manifestaciones -acompañadas de loas a la Rusia de Vladimir Putin- ante la embajada francesa en Niamey (capital de Níger) el mismo día en que el Ejército ponía fin abruptamente a la presidencia de Bazoum.

De ahí que hayan surgido voces en París que vislumbran un cese de Emié en los próximos meses, o incluso semanas. El todavía director general de la Dgse cumple la edad preceptiva de jubilación el próximo 6 de septiembre, pero podría permanecer en su puesto unos meses más.

Una destitución de Emié sin contemplaciones empañaría su brillante trayectoria. Esta determinación en salvar su pellejo y asegurarse una salida honrosa es el motivo por el que, ante Macron, alegó que sus agentes vislumbraron antes que la CIA la rebelión de Wagner contra Putin de hace mes y medio. Pero no tenía nada que ver con intereses estratégicos de primer orden para Francia, como sí es el caso de Níger.

Lo que sí han culminado con éxito los diplomáticos franceses en Níger es la evacuación del alrededor de 1.500 compatriotas que residen en el país africano. Estos últimos recibieron en abril una recomendación para evitar determinadas zonas de Níger, entre las que no se encontraban las inestables zonas fronterizas con Malí, Burkina Faso, Benín o Nigeria, pero, sí, curiosamente Niamey, donde estaba congregado el grueso de los residentes franceses.

Esta noticia la dio, en otro artículo de la misma edición de Le Canard Enchaîne, Claude Angeli, que a sus 92 años sigue escribiendo una de las crónicas de política exterior mejor informadas de la prensa francesa. En la edición de esta semana cita a una de sus fuentes, que explica el desaguisado de Níger por la incapacidad de Francia de diseñar una política en su zona de influencia en África que vaya más allá de la simple colaboración económica; «de la ayuda para cerrar sus presupuestos».

Además, Angeli añade que la inoperancia de las fuerzas francesas desplegadas en aquellos países ha hecho que sean consideradas por muchos locales como «neocoloniales» o de «ocupación». Y eso no es culpa de la Dgse.