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Carmen de Carlos

La testaferro político de Correa y un outsider de la política en la recta final a la Presidencia de Ecuador

La medida docena de candidatos que tenía enfrente la ex secretaria de Estado de Correa tenían un rasgo en común pese a sus notables diferencias: todos eran anticorreístas

La candidata del Movimiento Revolución Ciudadana Luisa GonzálezAFP

Luisa González, la testaferro político de Rafael Correa, disputará la segunda vuelta de las elecciones en Ecuador tras conseguir el 33 % de los votos.

Daniel Noboa, hijo del empresario al que tiempo atrás se atribuyó –con exageración– poseer una fortuna capaz de saldar la deuda pública del país, será su adversario al lograr el 24 % de apoyo en las urnas.

El 15 de octubre uno de los dos recogerá el testigo para terminar el mandato, de menos de dos años, que Guillermo Lasso ha dejado inconcluso.

La sangre derramada y la vida de Fernando Villavicencio no sirvieron para mejorar los resultados de Christian Zurita (16 %), su reemplazo que quedó en tercera posición. El periodista asesinado no era favorito antes de su muerte y su colega tampoco lo ha sido después de ella.

El resultado deja abierta la posibilidad de que Rafael Correa, el prófugo de la justicia que comparte refugio en Bélgica con Puigdemont, pueda volver al país.

A la abogada Luisa González no le tiembla la voz ni le avergüenza reconocer que si llega al Palacio de Carondelet indultará al corrupto con sentencia firme.

Pero al pueblo de Ecuador, con el escrutinio en la mano, parece que esa opción no le convence. Son más los que votaron en su contra que los que lo hicieron a favor,

El correísmo ha perdido ganando, pese a tener de talismán –o gafe– a Pablo Iglesias a su lado en Quito. El objetivo de una victoria definitiva, –por mayoría absoluta o con el 40 % de los votos y 10 puntos de ventaja–, obliga a González (Movimiento Revolución Ciudadana) a superar un segundo filtro en el balotaje y los pronósticos no parecen buenos.

La suma de esa oposición debería, previsiblemente, anticipar el éxito de Daniel Noboa, sorpresa y candidato de la alianza Acción Democrática Nacional (ADN), que lograría, alos 35 años, lo que no pudo su padre en 2006. Ese año Álvaro Noboa, que había ganado la primera vuelta, perdió frente a un revolucionario Correa.

Nunca antes en la historia de Ecuador se habían celebrado unas elecciones en un marco de violencia tan brutal como el actual.

El narcotráfico se ha infiltrado en el país a una velocidad de vértigo y la sombra de Rafael Correa, el expresidente que gobernó entre 2007 y 2017, no parece que sea totalmente ajena a este fenómeno que baja desde México y Colombia hasta la Patagonia. Al menos, así parecen apreciarlo los ecuatorianos.

Noboa, empresario y outsider de la politica, ha pasado a ser el favorito, pero no tiene el campo despejado. Su linaje levanta ampollas en una sociedad que no logra despegar de la pobreza y la desigualdad.

Jan Topic, el exlegionario conocido como el Bukele de Ecuador, y esperanza de los sondeos durante un tiempo, se quedó en un cuarto lugar el domingo seguido de Otto Sonnenholzner, exvicepresidente de Lenin Moreno.

La sexta posición la ocupó Yaku Pérez el indigenista de Pachakutik que se enfrentó en las elecciones de 2021 a Guillermo Lasso, el liberal que protagonizó el 17 de mayo una pirueta política sorprendente.

Antes de que la Asamblea Nacional (Congreso) le fulminara en una moción de censura, el todavía Presidente, recurrió a la figura constitucional de la muerte cruzada que, en definitiva, consiste en anticipar elecciones y blindarse para gobernar por decreto hasta su celebración. El 15 de octubre se vence el plazo.