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Josep Borrell, inaugura el curso «Quo vadis Europa?» que dirige en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.EFE

Guerra en Europa

Borrell critica la indecisión de la UE y EE.UU. a la hora de apoyar a Ucrania

El máximo responsable de la diplomacia europea no ha dudado a la hora de poner ‘peros’ a la actuación comunitaria

El alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea Josep Borrell analizó el último año y medio de guerra en Ucrania durante uno de los encuentros de verano organizados por la Universidad Menéndez Pelayo en Santander.

El mandatario europeo concluyó que se podrían haber salvado más vidas de haber vacilado menos a la hora de enviar armas a Ucrania con cuentagotas. «Cuando se decide ayudar a un país invadido, dudar puede salir muy caro», añadió.

Borrell no entiende por qué se ha cuestionado el envío de determinados sistemas armamentísticos para que después se hayan enviado de una u otra forma. Estas declaraciones contradicen la postura de la OTAN de sopesar cada paso para evitar una escalada que pudiera implicar a más actores en una guerra con un tercer país que no es miembro.

«Si se hubieran tomado decisiones más rápidas y con más antelación sobre algunos de los sistemas de armamento que acabamos enviando, probablemente la guerra habría tomado otro rumbo y, en cualquier caso, habríamos salvado vidas», analizó Borrell.

El político europeo estuvo acompañado de Alexander Schallenberg, ministro de Asuntos Exteriores de Austria, y del homólogo lituano Gabrielius Landsbergis. Ambos mantienen posturas diferentes. El país centroeuropeo es uno de los más cautos en cuanto a la confrontación con Rusia mientras que Lituania es de los países más favorables a la «mano dura», en parte por su situación geográfica.

Las declaraciones de Josep Borrell tienen lógica desde un punto de vista humanitario: Ucrania ha perdido cientos de miles de combatientes y millones de ciudadanos que han huido como refugiados. Por otro lado, un año y medio después del comienzo de la guerra ya se reconoce en determinados círculos internacionales la necesidad de apoyar la paz incluso con la pérdida de territorio para Kiev.