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546 días de guerra en Ucrania

El Kremlin guarda silencio sobre la muerte de Prigozhin mientras el Grupo Wagner clama venganza

El gobierno ruso y los medios de comunicación estatales guardan un mutismo casi absoluto tras la muerte de los líderes del Grupo Wagner

Tensa mañana del jueves en Rusia. Los grupos proguerra cercanos al Grupo Wagner siguen en shock tras la muerte de Yevgeny Prigozhin y su número dos, Dmitry Utkin, después de que el avión que los llevaba de Moscú a San Petersburgo se estrellara cerca de la capital rusa.

El Kremlin guarda silencio sobre las causas del accidente, pero nadie duda de que la mano vengativa del presidente ruso, Vladimir Putin, está detrás.

En la televisión pública rusa, Rossiya 1, el suceso sólo mereció una breve mención. Putin ni siquiera mencionó la muerte de su antiguo aliado, reconvertido en enemigo a muerte, durante el discurso que pronunció en la región de Kursk para conmemorar el aniversario de la batalla del mismo nombre durante la Segunda Guerra Mundial.

El silencio del gobierno ruso contrasta con los llamamientos a la venganza en los canales de Telegram vinculados al Grupo Wagner.

Simpatizantes de Prigozhin y de sus mercenarios se acercaron a la sede del Grupo Wagner en San Petersburgo para depositar flores en recuerdo del líder.

El mensaje de la muerte violenta de Prigozhin es claro: nadie que desafíe a Putin vivirá para contarlo. Cuando el mismo presidente ruso acusó de traidor a Prigozhin y de apuñalarlo por la espalda tras el fracaso del motín de Wagner el pasado mes de junio, su suerte estaba echada: había quedado sentenciado.

Como dijo el exoficial del MI6, Christopher Steele, en declaraciones a la BBC, la muerte de Prigozhin era inevitable. «Tenía muchos enemigos, muy pocos aliados dentro del régimen y en cierto modo era inevitable que ese fuera su final», afirmó.

Con la muerte, o asesinato, de Prigozhin, el temor en Rusia es que lo que quedan de estructuras de Wagner puedan intentar orquestar una venganza.

El Grupo Wagner había quedado desmantelado tras el motín de junio. Después de que más de 8.000 mercenarios avanzaran sobre Moscú por la guerra entre Prigozhin y el ministerio ruso de Defensa, los combatientes Wagner tuvieron que entregar todo su armamento al Ejército ruso y fueron trasladados a Bielorrusia.

Sin embargo, Wagner sigue siendo una amenaza para las élites del Kremlin. Según el Centro Nacional de Resistencia de Ucrania, convoyes de mercenarios Wagner instalados en Bielorrusia han abandonado sus bases y se dirigen hacia la frontera rusa.

En un mensaje de vídeo difundido en redes sociales, tres mercenarios de Wagner anuncian que han iniciado una operación de venganza desde Bielorrusia: «Ahora mismo se habla mucho sobre lo que hará Wagner. Diremos una cosa: estamos empezando. Esperadnos».

Según esta información que no ha sido confirmada, fuerzas especiales bielorrusas están intentando impedir el avance, por el momento sin éxito.