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Eduardo de Rivas

El ¿último? curso político de Von der Leyen

En el despacho de la Comisión Europea no hay prisa para decidir sobre la reelección, pero si se presenta será porque sabe que ganará

Madrid Actualizada 04:30

Ursula von der Leyen, en una visita a Argentina en junioEFE

Cuatro de septiembre en Bruselas. Primer lunes después del verano y último curso político de la legislatura. Si será o no el último de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea en Bruselas lo determinarán los próximos meses y lo que digan las urnas en el mes de junio.

Este que empieza no es un curso político cualquiera. Al ser el último, corren prisas en Bruselas por terminar todos los proyectos que están a medias, porque todo político quiere dejar un legado cuando deja las instituciones. En Europa siempre es una incógnita si se repetirá en el cargo, por lo que dejar las cosas medio acabar suele ser sinónimo de que nunca tengan fin.

Por lo pronto, las encuestas avisan de un fortalecimiento del bloque de la derecha en el Parlamento y de que el Partido Popular Europeo podría repetir como primera fuerza y ganar los comicios. Eso sí, perdería apoyos con respecto a lo ocurrido hace cinco años y a nivel interno podría haber una restructuración al coger más peso los votos procedentes de España.

En la Comisión, a nueve meses de los comicios, está por ver si Ursula von der Leyen quiere repetir como candidata a la presidencia europea. Si la alemana quiere, presumiblemente tendrá el apoyo del Partido Popular Europeo, ya que es militante, y en el bando socialista tampoco verían mal otros cinco años de la germana. Las políticas que ha seguido durante su mandato no distan demasiado de las suyas y ha potenciado algunos puntos fuertes de la izquierda como la lucha por las políticas verdes.

En esa vertiente la líder del Ejecutivo europeo siempre se apoyó en su vicepresidente Frans Timmermans, pero el neerlandés la ha abandonado este verano para emprender otras luchas en su país. Se presentará a las elecciones el próximo noviembre y se aleja de Bruselas y de la lucha contra el cambio climático a nivel europeo.

Su ausencia se hará notar para Von der Leyen, al igual que también podría echar en falta a la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager. La danesa es una de las candidatas a presidir el Banco Europeo de Inversiones, junto con Nadia Calviño, y si es elegida en el próximo Ecofin de septiembre tendrá que dejar Bruselas el último año de legislatura.

Su baja quizás no se note tanto como la de Timmermans por las últimas polémicas que han surgido alrededor de la danesa. La elección de una americana para convertirse en alto cargo de la UE y encargarse de juzgar las acciones de compañías estadounidenses como Microsoft o Amazon fue muy criticada, especialmente por Francia. Esa decisión debilitó tanto su poder como el de Von der Leyen, que siempre se había apoyado mucho en el trabajo de Vestager.

Para contrarrestar el daño que le pudo hacer el escándalo, Von der Leyen se reunió esta pasada semana con Macron en París. La alemana quería saber de primera mano cuánto apoyo podría tener desde el Elíseo antes de postularse para la reelección. No es descartable que haga también un viaje express a Berlín para tratar el mismo tema con el canciller Olaph Scholz. Al fin y al cabo, es difícil gobernar en Bruselas sin el beneplácito de Francia y Alemania.

Habrá que aguardar para conocer la decisión, porque no es algo que corra prisa de momento en el despacho principal de la Comisión Europea. No se espera que Von der Leyen anuncie si quiere seguir hasta finales de año, por lo que hasta entonces se limitará a recabar apoyos tanto a derecha como a izquierda y a reforzar su posición al frente de Europa. Lo que está claro es que no se tirará a la piscina si no hay agua y que si se presenta a las elecciones será porque sabe a ciencia cierta que seguirá al frente del Ejecutivo.