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El actual presidente de EE.UU. Joe Biden junto con su hijo Hunter en 2009GTRES

Estados Unidos

Biden, pese al consejo de sus asesores, permite que Hunter siga dentro del círculo de poder

El Partido Demócrata se prepara para una embestida de los republicanos en cuanto citen, otra vez, al hijo menor del presidente

Estados Unidos vive día a día las dificultades de Joe Biden. No sólo sus despistes, patinazos y tropiezos, si no su futuro como candidato a intentar la reelección. El Partido Demócrata está preocupado mientras los republicanos creen que su insistencia en presentarse a las elecciones les pone una alfombra roja para recuperar la Casa Blanca. En este contexto, la figura de Hunter Biden, a las puertas de nuevos juicios, genera más preocupación por la incapacidad de su padre de mantenerlo a una distancia prudencial del círculo de poder.

Al presidente de Estados Unidos, como apunta el New York Times, le reprochan el influjo de Hunter al que consideran un elemento disruptivo y arma arrojadiza durante las elecciones que pueden entorpecer su reelección, si no tira antes la toalla, como advirtió su biografo, Franklin Foer. Dicho de otro modo, Hunter es un peligro político para su padre y para el partido..

Cada vez que el hijo menor del primer matrimonio de Joe Biden está cerca algo sucede y no suele ser bueno. El hallazgo hace un par de meses de cocaína en un cuarto de baño de la Casa Blanca volvió a forzar la mirada al hombre que, una y otra vez, cayó en todas las adicciones qu etuvo a su alcance. Hunter había estado ese fin de semana de visita en ausencia del matrimonio Biden, viajó, como suele hacer, desde su casa de Malibú y pernoctó en el epicentro del poder.

Hunter posee un poder sobre el hombre más poderoso del mundo que él describe en una entrevista con The New Yorker con esta expresión: «Soy como su manta de seguridad». Sin pudor, añade: «No le digo al personal qué hacer. No estoy ahí dando direcciones ni órdenes. Le doy la mano a todo el mundo. Y luego le digo que cierre los ojos en el autobús. Puedo decirle cosas que nadie más puede».

Biden quiere a su hijo cerca y suele incorporarle en sus viajes al Air Force One. Cada vez que esto sucede, todos tiemblan. Los negocios de Hunter, sus escándalos y su tarjeta de presentación como facilitador, han afectado y afectan a su padre.

Devon Archer, ex socio comercial de de Hunter, resume el papel que desempeñaba para generar negocios: «la ilusión de acceso a su padre».

Con el juez en los talones

A Hunter le han perseguido demasiados procesos judiciales y cuando creía haber dado carpetazo al último, con un acuerdo con los fiscales federales, el mes de julio le devolvió a la realidad. Todo seguirá su cursos. La noticia, como observa The New York Times, sumó a Joe Biden en una profunda tristeza y frustración. Desde entonces, su optimismo sobre el futuro judicial del hijo que ha batido récord en darle disgustos se ha venido abajo y parecería resignarse.

El Departamento de Justicia prepara una acusación contra Hunter Biden por posesión ilegal de armas y en consecuencia, los asesores de Biden se prepara para una embestida sin piedad contra el presidente.

De acuerdo al calendario previsto, la campaña demócrata se pueden encontrar con que el hijo del presidente tenga que afrontar un juicio penal en el apogeo de la campaña electoral.

Hunter Biden es una carga para su padre y éste, para los republicanos, ha caído bajo su embrujo con nepotismo y corrupción al abrirle puertas que le deberían haber estado cerradas.