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Vista de un campo de cultivo en una carretera en las inemdiaciones de DniproEFE

Europa

El embargo al grano ucraniano se cuela en las elecciones de Polonia y rompe la sintonía con Kiev

El partido gobernante PiS busca afianzar su base de votantes y ha anunciado que prorrogará el embargo a los productos de Ucrania

Polonia se ha mostrado fiel a Ucrania desde el inicio de la invasión rusa, pero, un año después, este apoyo empieza a mostrar sus primeras fisuras. Las elecciones se acercan y la campaña electoral ha irrumpido con fuerza. Uno de los temas troncales es la importación de grano desde el país vecino. A sólo un mes de las elecciones legislativas, la competencia de Ucrania es un problema importante en Polonia y el partido gobernante Ley y Justicia (PiS) está dispuesto a ampliar la prohibición del grano ucraniano, con o sin la aprobación de la Unión Europea.

Varsovia no está sola en esta batalla, a su lado pelea también Hungría, que el pasado mes de abril ya prohibió la importación de grano desde Kiev, después de semanas de protestas por parte de los agricultores, por lo que consideran una «competencia desleal» ante los efectos devastadores en sus economías ante la llegada de productos sin aranceles desde Ucrania. Tras el inicio de la guerra en Ucrania, la UE decidió eliminar los aranceles y las cuotas de importación para los productos ucranianos, efectos que, meses después, están sufriendo los agricultores polacos y húngaros.

Polonia y Hungría llevan meses elevando sus quejas a Bruselas. Ambos países denuncian que el grano ucraniano lleva más de un año llenando sus almacenes, sin poder salir hacia otros territorios por problemas de «transportes». Ante esta llegada masiva de productos ucranianos, sin apenas controles, la competencia es masiva y daña la producción local. El grano se ha convertido en el principal campo de batalla entre la Unión Europea, Ucrania y su fiel aliado, Polonia. Una polémica que ha vuelto a resurgir con fuerza, más ahora cuando el país báltico se enfrenta a unas elecciones legislativas decisivas en apenas un mes.

En este sentido, el gobernante partido PiS, que tiene una gran base de apoyo en las regiones agrícolas, busca afianzar sus votos y ha anunciado que prorrogará la prohibición a la importación de cereales ucranianos. «Ésta es una cuestión fundamental para nosotros. Los intereses del campo polaco son lo más importante para nosotros», ha afirmado el Ejecutivo polaco, a través de un comunicado de prensa. Así lo ha manifestado también el primer ministro, Mateusz Morawiecki, que se dirigió a «a todo el campo polaco», para asegurar que «sin duda defenderemos los intereses de los agricultores polacos».

La noticia no ha sentado nada bien en Kiev, que ha amenazado con elevar el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC). El primer ministro de Ucrania, Denis Shmygal, ha recurrido a la red social X –antes Twitter– para aclarar que «a pesar de la guerra y del bloqueo ruso de nuestros puertos, Ucrania cumple con sus obligaciones tanto en virtud del Acuerdo de Asociación de la Unión Europea como de la legislación de la OMC».

Shmygal ha añadido que Ucrania no tiene «ninguna intención de perjudicar a los agricultores polacos» y que «aprecia mucho al pueblo y las familias polacas». Sin embargo, ha advertido a Varsovia de una posible «violación del derecho comercial en interés del populismo político antes de las elecciones» en Polonia. La fuerte alianza entre Kiev y Varsovia comienza a tambalearse. El grano ucraniano ha irrumpido en la campaña electoral polaca y seguirá dando mucho de qué hablar.