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La primera ministra de Estonia, Kajas Kallas, durante la cumbre de la OTANTwitter Kajas Kallas

La primera ministra de Estonia, crítica de Putin, en la picota por los negocios de su marido con Rusia

Kaja Kallas se resiste a presentar su dimisión y asegura ser víctima de una «caza de bruja» orquestada por la oposición

Kaja Kallas, la primera ministra de Estonia, nació en un país ocupado, precisamente, por la Unión Soviética. Ante este historial, Kallas se ha convertido en el azote del presidente ruso, Vladimir Putin, siendo una de las líderes más criticas con Moscú, sobre todo, tras la invasión rusa de Ucrania.

Su liderazgo en Europa se ha vuelto tan firme que se llegó a barajar su nombre como posible reemplazo para el actual secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg. Finalmente, y al no llegar a un consenso entre los países miembros de la OTAN, Stoltenberg anunció que continuaría al frente de la organización militar.

Aún así, Kallas ha seguido siendo una voz líder tanto dentro de la Unión Europea como de la Alianza Atlántica, pero su estrella se está viendo eclipsada por una polémica en la que está implicado su marido y unos presuntos negocios con Rusia. El pasado mes de agosto, saltó la noticia de que su esposo, Arvo Hallik, continuó haciendo negocios con Moscú una vez iniciada la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022.

Para la primera ministra estas acusaciones son parte de una «caza de brujas» orquestada por la oposición y defiende que la empresa en cuestión, Stark Logistics, estaba ayudando a otra compañía estonia a concluir sus negocios en Rusia. Kallas, además, ha declarado que su marido no es una figura pública y que no se la puede responsabilizar de sus actividades empresariales.

La polémica ha alcanzado tal calibre que el propio presidente del país báltico, Alar Karis, ha lamentado que el escándalo merma la credibilidad de Estonia en su interacción con sus aliados. «Las actividades empresariales del familiar de la primera ministra con Rusia han suscitado muchas preguntas en los medios de comunicación y en la sociedad y han puesto en el punto de mira a la jefa del Gobierno y los valores que debe seguir Estonia», ha declarado Karis, advirtiendo de una grave crisis política.

Por su parte, Kallas ha asegurado que no sabía que la empresa de su marido tuviera vinculación alguna con Rusia, mientras que el principal implicado, Arvo Hallik, ha prometido que venderá su participación y dimitirá de su cargo. A pesar de las continuas presiones, la primera ministra se ha mostrado firme y ha asegurado que no tiene previsto dimitir.

«Ya he dicho muchas veces a diferentes canales que lamento mucho que se haya producido una situación así y pido sinceras disculpas a todos los que se hayan sentido ofendidos por esta situación. Aun así, mi opinión no ha cambiado en absoluto: cualquier actividad en Rusia o relacionada con Rusia debe terminar. Y así es», ha seguido manteniendo la primera ministra estonia.

Kallas tiene a la oposición y al presidente del país báltico en contra y los negocios de su marido siguen siendo la comidilla de los periódicos locales e internacionales. Pero la primera ministra del país báltico se aferra al cargo y a la feroz crítica contra el Kremlin. En este sentido, la primera ministra de Estonia aboga por que la UE abandone por completo la energía rusa, al tiempo que ha acogido en Estonia a unos 62.000 refugiados ucranianos. También ha pedido a los países vecinos que corten sus relaciones comerciales con Rusia mediante un posible embargo comercial común.