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Soldados del Ejército rumanoAFP

Rumanía, el vecino prudente, teme que la guerra de Ucrania llegue a su territorio

El primer ministro rumano ha pedido a Rusia que evite las acciones que amenazan la seguridad de sus ciudadanos

Casi todas las noches, el remoto pueblo rumano de Plauru, en la frontera con Ucrania, se despierta por el sonido de las sirenas, que avisan del paso de drones.

Desde este lado del Danubio, río que separa Rumanía del país en guerra, se puede observar el puerto ucraniano de Izmail, vital para la exportación de cereales y objetivo de reiterados ataques rusos.

«Cuando las sirenas suenan por la noche, sabes que los drones van a llegar», relata cansado Costica Tanase, que escucha estos aparatos que se dirigen a Izmail.

La semana pasada, fragmentos de un dron «similar a los que usa el Ejército ruso» fueron descubiertos por soldados rumanos en la localidad, en el sureste de Rumanía.

Uno de ellos dejó un gran agujero en el suelo tras quemar algunos árboles, observaron periodistas de AFP.

Este miércoles se encontraron nuevos restos en la región, después de que Moscú atacase por la noche Izmail.

Todo 'tiembla'

Tanase ha terminado acostumbrándose a los ruidos de guerra, que escucha generalmente sobre las dos de la mañana.

Este granjero de 51 años teme que un dron caiga un día sobre su casa, y la reciente presencia de soldados rumanos en la zona no lo tranquiliza.

«¿Qué pueden hacer? No tienen un sistema de defensa aérea», lamenta.

«El sonido es más fuerte que el de un avión», afirma un vecino de 72 años, Ion Giuvanovici, que ha salido a buscar restos de drones en el área.

Pese al miedo, los 40 habitantes de Plauru no quieren dejar sus casas ni su ganado, pero si la situación empeora, Gheorghe Puflea se plantea marcharse con sus animales.

Soldados rumanos conducen un quad por una calle del pueblo de Plauru, en el delta del DanubioAFP

Todo «tiembla como un terremoto» cuando se acerca un dron, asegura el septuagenario. «El becerro se escondió entre mis piernas, muerto de miedo».

Los vecinos podrán protegerse pronto en dos pequeños refugios aéreos, rápidamente construidos por los militares esta semana, y el Ministerio de Defensa rumano prevé un sistema de alarma telefónica «en caso de riesgo de caída de elementos relacionados con el conflicto».

En peligro'

El fin de semana, el presidente rumano Klaus Iohannis condenó la «violación de espacio aéreo» y pidió a Rusia que evitase las acciones que amenazan la seguridad de los ciudadanos.

Iohannis habló con Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, grupo del que Rumanía es miembro.

«Nada indica que hubiera intención de atacar a la OTAN, pero los ataques son desestabilizadores», indicó Stoltenberg en la red social X (antes Twitter).

Durante varios días, Rumanía rechazó «categóricamente» las afirmaciones de Kiev de que drones rusos habían caído su territorio.

El ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, terminó criticando al país vecino por restar importancia a los acontecimientos para que Rumanía no fuese «arrastrada a un conflicto directo».

Finalmente, el alcalde de Plauru, Tudor Cernega, afirmó haber encontrado los primeros fragmentos de drones e informado a las autoridades tras rastrear zonas identificadas por internautas.

«No es algo que se aprenda en el manual del alcalde», declaró.

Sin embargo, los recientes problemas también tuvieron efectos positivos en esta aislada región, que lidia con carreteras en mal estado y una conexión a internet inestable, añadió Cernega.

Aunque muchos residentes siguen sintiéndose desatendidos por el Gobierno, el alcalde intentó ver el lado positivo, aprovechando al máximo el protagonismo.

Al final, por suerte, se encontraron algunos fragmentos, añadió. Nadie creía a los residentes, pero «resultó que estamos realmente en peligro».