Italia
Meloni acusa a Borrell y a la izquierda europea de azuzar la inmigración y boicotear sus planes para frenarla
Antes de aterrizar en Nueva York, Giorgia Meloni apuntó y disparó contra Josep Borrell y la izquierda europea. Según la primer ministro italiana, han formado una entente cómplice para echar por tierra todo el trabajo de Italia que pretende frenar el tráfico de seres humanos y convertir sus costas en un hormiguero de desdichados que abandona sus países en busca de un futuro.
«Es triste comprobar que parte de las fuerzas políticas italianas y europeas, por razones ideológicas o, peor aún, por cálculo político, estén luchando y haciendo todo lo posible para desmantelar el esfuerzo que se está realizando», denunció en el Consejo de Ministros previo a su viaje a Nueva York.
A renglón seguido responsabilizó directamente al «Alto Representante para la Política Exterior Europea, Borrell» y denunció las invocaciones «de los socialistas europeos» que con «las posiciones adoptadas por diversos exponentes de la izquierda» pretenden transmitir el mensaje de que es «inevitable la inmigración ilegal masiva».
«Guerra global sin piedad»
La primera ministra de Italia había preparado ya el terreno para su intervención en la Asamblea General de Naciones Unidas donde pidió librar una «guerra global sin piedad» contra los traficantes de personas.
Sus palabras no eran muy diferentes de las pronunciadas durante la visita del pasado fin de semana a Lampedusa de Úrsula Von der Leyen, luego de un desembarco masivo en la isla de inmigrantes en diferentes oleadas.
En su intervención n la ONU Meloni dijo que, como observa Efe, Italia está en condiciones de liderar los esfuerzos contra «los traficantes de esclavos del tercer milenio».
«¿Puede una organización como esta, que reafirma en su documento fundador la fe en la dignidad y el valor de los seres humanos, hacer la vista gorda ante esta tragedia?», se preguntó Meloni.
«Traficantes de seres humanos»
«Creo que es deber de esta organización rechazar cualquier enfoque hipócrita de este problema y librar una guerra global sin piedad contra los traficantes de seres humanos», indicó.
«Para hacerlo, –añadió– necesitamos trabajar juntos en todos los niveles. Italia planea estar en la línea del frente de esta problemática».
Meloni, que encabeza el partido Hermanos de Italia, llegó al cargo en parte gracias a sus promesas de reducir la inmigración.
Unas 8.500 personas desembarcaron en la isla de Lampedusa, en el sur de Italia, a donde llegaron en 199 botes entre el lunes y el miércoles de la semana pasada, de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU.
El grupo de inmigrantes estaba compuesto en su mayoría de personas de África subsahariana que han ido a Túnez, país sumido en una crisis económica y cuyo presidente, Kais Saied, ha arremetido contra personas de piel oscura.
Meloni culpó a los traficantes de inmigrantes, calificándolos de «mafia» que gana tanto como los traficantes de drogas, y aseguró que Italia también podría trabajar en abordar las causas y ayudar a las naciones africanas a «crecer y prosperar». «África no es un continente pobre. Por el contrario es rico y tiene recursos estratégicos», añadió.