Orbán, contra el pacto migratorio de la UE: «En Hungría no habrá cuota de inmigrantes»
El presidente húngaro insta a la Unión Europea a focalizar su apoyo en aportar ayudas económicas a las regiones de donde parten los inmigrantes, en vez de abrirles las puertas de Europa
El escenario migratorio en Europa sigue siendo una cuestión peliaguda y Hungría ya se ha posicionado con firmeza.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, ha dado un golpe en la mesa en relación con la política migratoria europea. Durante la inauguración de la sesión otoñal del Parlamento, Orbán declaró sin rodeos: «En Hungría no habrá cuota de inmigrantes, ni gueto de inmigrantes».
Estas palabras reflejan el rechazo del Gobierno húngaro hacia cualquier propuesta de la Unión Europea que implique repartir equitativamente la llegada de refugiados entre sus países miembros.
No es la primera vez que Orbán muestra su desacuerdo con las decisiones tomadas desde Bruselas en materia de inmigración. Esta vez, ha subrayado que para llegar a un consenso sobre esta política en la UE, es esencial que «sólo se deberían dejar entrar en el territorio de la UE a aquellos que cuentan con un permiso previo».
Dentro del marco europeo, se ha propuesto un acuerdo que busca un equilibrio en el manejo de las olas migratorias, distribuyendo responsabilidades (y personas) entre los países miembros.
Bajo este pacto, los Estados miembros de la UE tendrán que aceptar una cuota inicial de 30.000 migrantes procedentes de países que están soportando una alta migración desde Oriente Medio y África, como Grecia e Italia. Aquellos países que no deseen admitir a estos migrantes tendrán la opción de pagar aproximadamente 22.000 euros por cada migrante que rechacen.
A pesar de la oposición de Polonia y Hungría, que votaron en contra de la propuesta, el acuerdo se materializó ya que no se requería unanimidad.
Sin embargo, Orbán ha sido claro al decir que su Gobierno rechaza tales cuotas, catalogadas por algunos como solidarias. En lugar de eso, el mandatario húngaro apuesta por reforzar las medidas de seguridad en las fronteras, utilizando vallas y guardias para ello.
La postura de Orbán no se limita a rechazar las cuotas. El primer ministro también ha señalado la importancia de abordar el problema desde su raíz, sugiriendo que es esencial «llevar ayuda a las zonas en crisis de donde parten los migrantes», en lugar de traer los problemas al continente europeo.
Hungría ya tomó acciones drásticas en 2015 cuando construyó vallas en sus fronteras del sur con Serbia. Además, ha implementado legislaciones que complican el proceso de solicitud de asilo en su territorio, medidas que han levantado críticas desde distintos sectores de la UE.