La hermana de un fallecido muestra una foto de él y de su otro hermano, Osher y Michael

La hermana de un fallecido muestra una foto de él y de su otro hermano, Osher y MichaelAFP

El horror que vivieron los supervivientes del festival de música en Israel que sufrió el ataque de Hamás

Alrededor de las 6 de la madrugada, los jóvenes escucharon las alarmas antiaéreas que advertían de un ataque

Apenas acababa de empezar a amanecer, la música seguía sonando, pero de fondo un sonido molesto parecía advertir de algo. Las alarmas antiaéreas comenzaron a sonar en Israel, en el desierto de Negev, donde se celebraba el festival de música Supernova –una edición en Israel de un conocido festival de Brasil–. Al poco tiempo los asistentes empezaron a escuchar el sonido de las detonaciones y fue cuando decidieron escapar. Pero la acción de los terroristas, despiadada con los civiles israelís y de otras nacionalidades, convirtió aquel festival en un horror.

Los lanzagranadas, habitualmente empleadas contra objetivos militares como tanques, se utilizaron para aniquilar a grupos de personas. Las ametralladoras atravesaban lunas y carrocerías para impedir que nadie escapase de allí con vida. Aunque hubo quien pudo hacerlo, los supervivientes de la masacre. Ellos consiguieron pasar desapercibidos el tiempo suficiente hasta que los soldados israelíes llegaron para recuperar el control de la zona.

La estampa con la que se encontraron al llegar era espeluznante. Cuerpos cosidos a balazos, coches calcinados, baños portátiles llenos de sangre, carritos o sillas de bebé en los coches cubiertas de sangre. Nadie sabía qué estaba pasando.

Todavía continúa la búsqueda de desaparecidos, hay familiares que siguen sin tener noticias de sus seres queridos porque todavía no han aparecido sus cuerpos. El desierto de Negev se convirtió el sábado en un infierno para quienes siguen con vida y en el drama de cientos de familias de las alrededor de 300 personas que allí fallecieron a manos de los terroristas de Hamás.

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