El partido conservador Ley y Justicia gana las elecciones en Polonia, pero Tusk podría gobernar
El presidente Andrzej Duda seguramente confiará la misión de formar gobierno al PiS, que buscará la mayoría en el parlamento durante 14 días, pasando luego su responsabilidad al segundo partido
Los resultados a pie de urna anuncian la victoria del PiS (Ley y Justicia), pero con un apoyo lejano de aquel conseguido en 2019, cuando el 43,59 % de los votantes votó por el partido de Jaroslaw Kaczynski. Ahora se le da un 36,8 % que le otorgaría 200 escaños, representantes del oriente polaco, el mundo rural y de quienes celebrarán el 45 aniversario del ascenso del cardenal Wojtyla a la sede de Pedro como Juan Pablo II. El segundo lugar lo ocuparía la Coalición Cívica, equivalente a nuestro Partido Popular, junto a liberales y verdes, que obtendría el 31,6 % y 163 escaños. El resto de las fuerzas políticas del futuro parlamento polaco estaría formado por Tercera Vía, una coalición formada por Polonia 2050, nueva formación cendroderechista y el PSL, denominado como Partido Campesino, también miembro del Partido Popular Europeo, que con el 13 % obtendrían 55 escaños. La izquierda polaca reunida en la coalición Nueva Izquierda tendría unos resultados del 8,6 % de los votos y 30 escaños. La última formación que entraría en el Sejm, o parlamento polaco, sería Confederación con un 6,2 % y 12 plazas.
Estas elecciones han sido de una gran importancia sumando una alta participación que llegaría al 73 %. La campaña electoral ha sido dura, y aunque el PiS ha mantenido la parte principal de su electorado, con el cierre de la frontera al trigo ucraniano que afectaba principalmente a su electorado y el miedo a Donald Tusk, un político catalogado por los medios de derechas como excesivamente obediente a los dictámenes de Alemania y la Unión Europea. Sin embargo, aunque el principal argumento del PiS fue su fuerte discurso social, con subvenciones a la familia, jóvenes y ancianos, no ha sido suficiente para sumar nuevos apoyos. Por el contrario, las regiones donde ha aumentado de forma significativa la participación electoral, ha sido en el occidente y la capital, Varsovia, bastiones de la oposición. Donald Tusk que cuenta con el apoyo visible de la Unión Europea y del embajador de los Estados Unidos, que visitó su cuartel general, consiguió ilusionar a una generación nueva con la posibilidad de un cambio que estaría sustentado en su formación junto a Tercera Vía y Nueva Izquierda, que reunirían 248 escaños.
Después de 8 años de gobierno del PiS, los jóvenes urbanos polacos son una generación más secularizada, la religión no tiene importancia para ellos y el legado de San Juan Pablo II ha sido muy combatido desde el exterior, como principal soporte del actual ejecutivo. Los derechos de los colectivos LGTBI, la ampliación de la ley del aborto y el matrimonio homosexual se convirtieron en puntos que igualarían a los polacos con el resto de los europeos y por los que chocaban con la comisión europea. Un país con un desempleo por debajo del 3 %, no plantea una necesidad de Estado de bienestar como defiende el PiS, y que era muy criticado por la oposición favorable a profundos recortes en los gastos sociales.
El presidente Andrzej Duda seguramente confiará la misión de formar gobierno al PiS, que buscará la mayoría en el parlamento durante 14 días, pasando luego su responsabilidad al segundo partido. El PiS ha intentado desgastar a Confederación para mantener su mayoría absoluta, pero no lo ha logrado y la docena de diputados de los libertarios y nacionalistas polacos no son suficientes para salvar al ejecutivo del primer ministro Morawiecki.
El futuro gobierno de la oposición deberá integrar los intereses de tres formaciones, contradictorias entre sí. El nuevo ejecutivo tendrá fuertes apoyos de la Unión Europea, descongelando los fondos europeos a su favor. Sin embargo, el gobierno sufrirá una oposición fuerte y homogénea en el parlamento que aprovechará la legislatura para desgastar a un ejecutivo débil.
A nivel internacional, Alemania tendrá una mayor influencia que los Estados Unidos en Polonia, que se evidenciará en el apoyo a Ucrania. Con respecto a Italia y Hungría la pérdida de un importante aliado, y en España el Partido Popular lo sabrá vender en su beneficio a costa de un Vox aliado del PiS derrotado. La victoria de la oposición será vendida como un freno a las fuerzas de derechas, con la cercanía de unas elecciones europeas donde las fuerzas conservadoras prometían el sorpasso al Partido popular Europeo.