La red subterránea de Hamás en Gaza o la ciudad bajo tierra donde se ocultan los terroristas

Desde el sábado 7 de octubre, con el «antes y después» marcado por la invasión terrorista de Hamás al sur de Israel, cuyos hombres armados hasta los dientes irrumpieron en territorio israelí en jeeps, camionetas, carretas, parapentes y a pie, podría olvidarse lo que durante muchos años fue una verdadera amenaza a la seguridad de la población civil en la zona: los túneles.

En más de una oportunidad terroristas irrumpieron a territorio israelí por un túnel cuya boca se abría dentro del país, habiendo salido del inicio del cavado, dentro de la Franja de Gaza. Pero salvo en el caso del secuestro del soldado israelí Guilad Shalit el 25 de junio del 2006, en el que además fueron asesinados dos soldados que montaban guardia junto a él, en general no lograron concretar los atentados que tenían planeados.

De todos modos, los túneles terroristas, o sea los cavados en dirección a Israel, siempre fueron un gran motivo de temor. La sola idea de que la tierra podía súbitamente abrirse, y de allí saldrían terroristas armados, aterrorizaba a la gente y muchos padres jóvenes iban a recoger a sus hijos del jardín de infancia, con el arma al hombro, por las dudas. Pensar que un terrorista podría salir de un túnel al lado del comedor de un kibutz repleto de gente, o junto al patio de juegos de los niños, quitaba a muchos el sueño.

Debido a la construcción hace pocos años de un enorme obstáculo subterráneo que frena los túneles cavados desde Gaza, se considera en gran medida que esa amenaza ha quedado neutralizada. Claro que esto requiere aclarar, siempre, que sería demasiado atrevido dar por seguro que los terroristas no se las ingenian para hallar una respuesta. En realidad, el ataque de hace 10 días deja claro que lo hicieron. Pero en cuanto a túneles mismos, es otra cosa.

Los túneles surgieron en primera instancia como vía de contrabando en la frontera entre Gaza y Egipto

Lo interesante es que los túneles surgieron en primera instancia como vía de contrabando en la frontera entre Gaza y Egipto, o sea al sur de Gaza. Había centenares, y la persona que manejaba cada uno, dado que traía mercancía que vendía en Gaza, debía pagar un impuesto a Hamás. Claro que por allí también entraron armas y municiones.

Cuando el Ejército israelí completó su retirada de las tropas terrestres de la Franja de Gaza tras el operativo «Margen Protector» del 2014 –lanzado por el incesante disparo de cohetes hacia Israel– aseguró que había inutilizado los 32 túneles subterráneos hallados durante su operativo del otro lado de la frontera. Sin embargo, no podía aseverar que no había más, aún no descubiertos. Y cuando tiempo después fueron hallados en campos de kibutzim aledaños a la frontera, tres hoyos extraños, volvieron a prenderse las luces rojas.

«Todavía no hemos podido aclarar la naturaleza de esos hoyos… no sabemos si están relacionados a túneles o si es algo de otra índole totalmente distinta, quizás hecho por animales de la zona», dijo en su momento el Capitán Roni Kaplan, portavoz del Ejército israelí. Soldados montaban guardia y el tema fue seguido de cerca. Y hubo otros más.

El coste promedio de cada túnel es de 3 millones de dólares

En un recorrido por la zona, el agricultor uruguayo-israelí Pablo Lefler del kibutz Ein Hashlosha mostró en su momento el túnel hallado cerca de sus plantaciones. «Se lo encontró por casualidad, porque la tierra se hundió en una forma extraña y cuando se avisó al Ejército y empezó a cavar, llegó finalmente al túnel. Ese agujero resultó ser un respiradero y a partir de allí, se llegó a todo el resto». Y ese no había sido el único túnel hallado en los campos del kibutz.

Según fuentes militares israelíes, el coste promedio de cada túnel es de 3 millones de dólares, o sea que en total, lo que Israel alcanzó a destruir durante la guerra de 2014 ascendía a casi 100 millones de dólares.

No es difícil entender que se trata de una suma importante, que podría haber aportado considerablemente a la población civil palestina de Gaza, si hubiera sido usada para fines positivos, no para el terrorismo. Cada túnel equivale a un promedio de 350 camiones de materiales de construcción que Israel introduce a Gaza.

Cada túnel equivale a un promedio de 350 camiones de materiales de construcción que Israel introduce a Gaza

Según un cálculo hecho por COGAT, la unidad de enlace del Ejército israelí que se ocupa de todo lo relacionado al vínculo con la población civil –y que entre otras cosas coordina la entrada de mercaderías de Israel a Gaza– con lo destinado a cada túnel, se pueden construir 86 viviendas, siete mezquitas, seis escuelas o 19 clínicas médicas. El cemento usado para los túneles provenía de Israel, lo cual quedó confirmado por los cientos de bolsas halladas en los propios túneles.

A este daño a la población civil –desde el punto de vista que esas sumas no fueron invertidas en su bienestar– se agrega el causado por el hecho de que los túneles, todos, se originaban en instalaciones civiles: casas de familia, mezquitas, clínicas y demás.

Con lo destinado a cada túnel, se puede construir 86 viviendas, 7 mezquitas o 6 escuelas o 19 clínicas médicas.

Cada vez que se hallaba un túnel, la gran pregunta de la población era cuántos más estaban debajo de los pies de la población, esperando ser descubiertos o usados.

La otra dimensión de los túneles es lo que suele llamarse en Israel el «Metro» o «Gaza underground», un enorme sistema de numerosos kilómetros bajo tierra que conectan absolutamente toda la Franja de Gaza de una punta a la otra y que permiten a Hamás esconderse, planear ataques y almacenar cohetes.

Fue en uno de esos túneles donde Hamás secuestró en 2014 a dos soldados israelíes que fueron declarados muertos, durante un alto el fuego humanitario. Desde entonces, nunca devolvió sus cuerpos: Oron Shau y Hadar Goldin.

Lo principal es que en los túneles, Hamas está escondido de lo que ve Israel desde el aire.

Este uso sigue siendo absolutamente relevante hoy y es sabido que los túneles debajo de Gaza son un componente central en el manejo de Hamás de su infraestructura militar, la cual ahora Israel está decidido a eliminar para neutralizar la enorme amenaza terrorista a su seguridad.