Política europea
Economía y guerra: los últimos cartuchos del año en la recámara del Consejo Europeo
Los 27 necesitan revisar el presupuesto comunitario si quieren cumplir con la ayuda comprometida con Ucrania y la nueva situación humanitaria en Gaza
El Consejo Europeo está constituido por los jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros y es una de las tres instituciones europeas junto a la Comisión y al Parlamento.
Se podría decir que cumple las funciones del Senado en España al servir también de balanza legislativa, pero no solo eso. Impulsa ciertos desarrollos y define la orientación política general. Como particularidad, el presidente del Consejo –el belga Charles Michel– no tiene voto.
Lo normal es que el CE se reúna cuatro veces al año. Hace apenas dos semanas tuvo una reunión de emergencia a raíz del conflicto entre Israel y Hamás.
Desde 2008 se reúnen con mayor frecuencia. La crisis económica supuso un gran varapalo y así volvió a ser como consecuencia de la crisis sanitaria de la covid.
Más allá de la economía, que suele ser el eje principal, desde 2015 el tema inmigratorio es uno de los principales. En la última reunión extraordinaria se analizaron las posibles consecuencias para la Unión –en cuanto a flujos migratorios se refiere– de la guerra en Oriente Próximo.
A esto se le debe añadir el atentado de hace dos semanas en Bruselas, algo que ha despertado del sueño europeo a muchos líderes que ya se están planteando endurecer sus políticas inmigratorias.
La portada de Der Spiegel con un Scholz llamando a más expulsiones, y Francia planteándose pagar las multas necesarias con tal de deportar más, son consecuencia de ello. De hecho, la inmigración será uno de los temas principales.
Los pilares de la reunión
Lo primero y fundamental es la revisión del marco financiero plurianual 2021-2027. La crisis de la covid, el gasto en recuperación y la guerra de Ucrania han dejado las arcas bajo mínimos.
Según fuentes internas, actualmente la UE «no tiene mucho margen de maniobra si no revisa el presupuesto» y los Estados miembros se proponen aumentar sus aportaciones.
En verano Alemania se negaba a ello, pero todos parecen aceptar ahora la necesidad de apretarse más los cinturones.
Directamente relacionado con el aumento del presupuesto está la ayuda a Ucrania. Se ha aprobado hace apenas dos semanas un nuevo paquete de 50.000 millones de ayuda en varios campos y será imposible de cumplir si no existe de dónde sacar. Todo el apoyo a Ucrania depende de la ampliación, es por esto por lo que se puede dar por asegurada, aún más si se tiene en cuenta el nuevo frente humanitario en Gaza.
En cuanto al devenir de la guerra, se tratarán los compromisos de seguridad en el marco de paz propuesto por el presidente Zelenski. «Ucrania no se debe sentar en la mesa de negociaciones si no es con sus condiciones sobre la mesa», aseguran desde el Consejo. Esto hace realmente complicado que se vea el final del conflicto a corto plazo.
Para hacer menos dolora la ampliación presupuestaria, se tratará desde el punto de vista legislativo la utilización de los activos rusos congelados para reconstruir Ucrania. «Es un tema complicado jurídicamente», aseguran, «desde la UE se quiere que todo lo que se haga sea con respeto al derecho de los Estados miembros y el comunitario internacional».
En cuanto a política extracomunitaria, la situación en Oriente Próximo ocupará la mayor parte. El Consejo se plantea tres aspectos: la situación humanitaria en Gaza, cómo evitar una escalada regional en asociación con los socios de la zona y cómo relanzar el proceso de paz con los interlocutores de la zona. «La paz es el único camino», aclaran.
También se tratará la tensión fronteriza entre Serbia y Kosovo, la guerra entre Armenia y Azerbaiyán y la situación en África tras los golpes de Estado que han puesto contra las cuerdas a París.