Las relaciones entre Iberoamérica y la UE, desde el punto de vista de la movilidad, la educación y el talento

Madrid ha sido escenario de la II Ágora UE-LATAM de Repensar Iberoamérica, la plataforma de incidencia pública promovida por Conecta Iberoamérica e impulsada por líderes emergentes iberoamericanos en España, con el objetivo de reflexionar e identificar áreas de especial interés para el desarrollo económico y social de la región.

Según las propias palabras del coordinador del Instituto de Estudios de la Democracia del CEU, José Hernández Echevarría, «llevamos cuatro Cumbres Iberoamericanas sobre educación y, a pesar de haber alcanzado acuerdos en papel, como el Convenio Andrés Bello –organización internacional que favorece el desarrollo de un espacio cultural común–, estos no se han implementado en la realidad por falta de financiación y de voluntad política».

Ante estas dificultades, este segundo encuentro se ha planteado como una nueva oportunidad para profundizar y proponer acciones concretas –desde una mirada iberoamericana y vertebradora– que aborden las principales deficiencias que impiden una mayor movilidad iberoamericana, la integración del talento emigrante en el mercado laboral y la certificación de habilidades.

Para esta finalidad, el encuentro se estructuró en dos bloques: una primera parte centrada en la educación y movilidad, para abordar nuevas soluciones en torno a la educación superior y la circulación del talento, y una segundo tópico, donde se abordó el talento y empleabilidad. Todo bajo el título El Conocimiento, el nuevo activo iberoamericano.

Según Yod Samuel Martin, investigador de la Universidad Politécnica de Madrid, «existen tres aspectos fundamentales que llevan a un estudiante a buscar una movilidad internacional: la experiencia, conocer un país nuevo; el conocimiento, lograr una formación complementaria a la originaria; y el reconocimiento, adquirir un sello de calidad».

Una reflexión dirigida no solo a los alumnos, sino al profesorado, ya que no hay que olvidar que, para construir un espacio real de conocimiento iberoamericano, hay también que formar a quienes forman.

Además del debate y la reflexión, en este segundo encuentro surgieron propuestas concretas enfocadas a reforzar la integración de la región. Entre ellas, la creación de una certificación que valide habilidades profesionales que evite las dificultades derivadas de las traducciones juradas, propuesta por Flavio Bettarello, consejero de la embajada de Brasil.

Un apunte que se alinea con la primera Certificación Iberoamericana de soft skills (habilidades blandas) que, desde hace un año, Conecta Iberoamérica desarrolla para fomentar la empleabilidad y el reconocimiento de habilidades.

En este sentido Daniel Mrad García, director Asociado de KREAB España, señaló «la necesidad de crear un kit para las empresas y los jóvenes profesionales emigrantes, en el que se indiquen los pasos a seguir para lograr su contratación».

Asimismo, Valentina Mirra, líder emergente, planteó que «de nada sirve lograr becas, atraer el talento si no nos convencemos a nosotros mismos de nuestro potencial como iberoamericanos. La verdadera integración iberoamericana pasa por aparcar ese sentimiento de minusvaloración tan arraigado que tenemos a ambas orillas del Atlántico».

Una intervención en línea con las palabras de Yohania de Armas, directora Ejecutiva de Conecta Iberoamérica, quien destacó cómo una sociedad civil fuerte debe fomentar y reposicionar el español como lengua de ciencia e innovación, junto con el portugués.

Las conclusiones estuvieron a cargo de Gonzalo Gómez de la Calle, socio fundador de Conecta Iberoamérica, quien subrayó la necesidad de reconstruir los puentes de Iberoamérica a través del conocimiento y de lograr crear una comunidad centrada en la educación, la ciencia, la innovación, la movilidad internacional y el talento, más allá de los intereses cortoplacistas.