Cien años después del nacimiento de la República de Turquía, Erdogan busca borrar la huella de Atatürk
La conversión en mezquita de la basílica bizantina de Santa Sofía y la erosión de los derechos de la mujer son nuevos golpes a la República del padre fundador
Turquía celebra este domingo el centenario de su República, la ocasión perfecta para que Recep Tayyip Erdogan imprima su sello en el destino del país, en detrimento de su ilustre fundador, Mustafá Kemal Atatürk.
Las autoridades prevén para las festividades fuegos artificiales, espectáculos con drones sobre el Bósforo y la iluminación de monumentos emblemáticos.
Pero para el historiador Ekrem Isin «no se siente emoción ni un ambiente de fiesta».
«La gente está descontenta, no se ha hecho nada para crear un ambiente festivo. (El gobierno) ni siquiera ha invitado a dirigentes extranjeros», añade Soli Özel, profesor de Relaciones Internacionales en la universidad Kadir Has de Estambul.
«Y no tiene nada que ver con la guerra», asegura Özel, en referencia al conflicto entre Israel y Hamás.
Nueva constitución
Erdogan, en el poder desde 2003 y reelegido en mayo durante otros cinco años, tiene el récord de años en el poder, por delante de Atatürk, fundador y primer presidente de la República de Turquía.
En 1923, este último encaminó a su país, construido sobre las cenizas del Imperio Otomano, hacia el siglo XX y la modernidad, instaurando el laicismo, otorgando nuevos derechos a las mujeres e introduciendo una nueva lengua.
Pero, en lugar de celebrar estas reformas, los opositores de Erdogan acusan al jefe de Estado de conmemorar una «nueva Turquía», más conservadora y religiosa.
«Desde su fundación, el AKP intenta construir una identidad y narrativas alternativas a la República», señala Seren Selvin Korkmaz, directora del Instituto de Investigación Política de Estambul.
«La polarización de Turquía se ha extendido incluso a las celebraciones del Centenario: el AKP habla del 'Siglo de Turquía', mientras que otros hablan del 'Segundo Siglo' de la República», explica.
Erdogan prepara una nueva Constitución que garantizaría a las mujeres el derecho a llevar velo en cualquier circunstancia, establecería «la familia (como) fundamento de la sociedad» y estipularía que el matrimonio sólo puede contraerse «entre un hombre y una mujer».
La conversión en mezquita de la basílica bizantina de Santa Sofía, que Atatürk había convertido en museo, y la erosión de los derechos de la mujer son nuevos golpes a la República del padre fundador.
«Una marcha forzada»
«En un momento en el que deberíamos haber abrazado una actitud más democrática con motivo del centenario de la República, nos encontramos con el Parlamento más reaccionario de nuestra historia», afirma Fidan Ataselim, de la plataforma feminista We Will Stop Feminicides.
La alianza del AKP con los dos partidos islamistas reaccionarios, Yeniden Refah y Huda Par, les permitió ganar escaños en el Parlamento en las últimas elecciones.
Elecciones presidenciales
Turquía acelera su deriva islamista con el apoyo de partidos religiosos a la candidatura de Erdogan
En lugar de destacar los logros de la República, las celebraciones del 29 de octubre se centran en el mensaje de que Erdogan «ha hecho más en veinte años que (otros) en cien», afirma Barcin Yinanc, analista político y editorialista.
El historiador francés Jean-François Colosimo señala un cambio que el autoritarismo del que se acusa a Erdogan ya era «un modo de acción política instaurado por Atatürk y que Erdogan reprodujo».
«En el espacio de unos días, meses o años, esta población, mayoritariamente musulmana, va a ser 'turquificada', pero también modernizada y occidentalizada a marcha forzada», añade, mencionando la introducción del alfabeto latino y la prohibición del fez y otras vestimentas tradicionales.
Para Berk Esen, político de la Universidad Sabanci de Estambul, «Erdogan está impulsando una Segunda República más conservadora, más islámica, que se distancia de Occidente».
«Está intentando dejar su huella en todos los ámbitos políticos importantes y en todos los proyectos. Pero ya sea celebrando la independencia del país u honrando al Ejército, Mustafá Kemal está en todas partes», señala el académico.
«No ha conseguido borrarlo del todo, pero eso es probablemente lo que intentará hacer después de 2023», predice.