Fundado en 1910

El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, a su llegada a la reunión del último Consejo EuropeoAFP

Financiación

Este martes se decide el futuro del presupuesto de Hungría congelado por la Unión Europea

Bruselas todavía no ha concedido a Budapest todos los fondos que merece por una batalla más ideológica que administrativa

La comisión de Presupuestos del Parlamento Europeo debate este martes los fondos de la Unión Europea destinados para Hungría, congelados desde hace años por una confrontación abierta entre la Comisión Europea y el gobierno de Viktor Orbán.

La batalla entre Bruselas y Budapest tiene más que ver con motivos ideológicos que con cuestiones administrativas, pues el Ejecutivo de Fidesz se le están exigiendo unas condiciones que no aplican a otros países, incluido España.

Las razones esgrimidas por la Comisión son de carácter político: lucha contra la corrupción, sistema judicial e independencia de los jueces, sistema educativo, etc. Según fuentes del gobierno húngaro, Budapest ha cumplido cada punto requerido por la UE pero, aun así, no paran de imponer nuevas condiciones. Una y otra vez. Lo consideran un palo en la rueda y una clara intromisión en la política nacional de un Estado miembro.

Orbán y su equipo entiende que la intromisión es claramente ideológica. Hungría es un país que en cuestiones morales e ideológicas rema en sentido contrario a Bruselas. Las tres mayorías absolutas, referéndums de por medio, avalan al Ejecutivo húngaro en sus políticas de defensa de la familia y de la identidad del país.

Por qué ahora

Los húngaros han aguantado el pulso como han podido, pero también reconocen que la resistencia no es infinita y que deben jugar sus cartas lo mejor que puedan.

En su baraja tienen la revisión del presupuesto plurianual 2021-2027 que incluye un nuevo paquete de medidas de 50.000 millones de euros para Kiev en su guerra contra Rusia. Para que esa ayuda llegue a Zelenski, los 27 deben estar de acuerdo en ampliar la financiación general, algo sobre lo que no todos están de acuerdo.

Esta necesidad es la que puede hacer que la UE ceda algo en su tira y afloja con Hungría. Pero tampoco lo tiene fácil. La reciente imagen de Viktor Orbán con Vladimir Putin se ha sentido como una ofensa en las altas esferas.

Algo a lo que no se ha dado mucho bombo desde los grandes medios de comunicación ha sido a cómo se excluyó a Hungría del programa Erasmus y se cancelaron fondos para la investigación como castigo por su 'desobediencia', con lo que se estaba dañando a los jóvenes estudiantes y al sistema educativo de manera intencionada.

Una de las medidas que se están planteando es que un intermediario independiente controle esos fondos y audite a dónde van destinados. De esta manera, universidades extranjeras sí podrían recibir la financiación para estudiantes e investigadores venidos de Hungría pero los de otros países no recibirían ayuda para ir a este país. Bruselas considera que existen «universidades corruptas» y esto es una vía de asfixiarlas económicamente.