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Pnina Sharvit Baruch del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel

Entrevista con Pnina Sharvit Baruch

«Quien crea que la respuesta de Israel es desproporcionada debe pensar cómo habría reaccionado ante un ataque»

La experta del del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel agrega que «las órdenes que se imparten a las tropas israelíes toman en cuenta las leyes de la guerra y es algo que forma parte de la conciencia de los comandantes»

A raíz de la matanza perpetrada por Hamás en más de 20 comunidades civiles israelíes del sur del país, Israel lanzó una guerra contra la infraestructura militar del grupo terrorista en la Franja de Gaza.

Esta vez, a diferencia de operativos militares anteriores, el declarado objetivo es categórico y ambicioso: destruir a Hamás como poder militar y como régimen de gobierno en Gaza. Uno de los grandes desafíos de Israel es lidiar con el esfuerzo militar contra Hamás, de modo que minimice el riesgo de muertes de civiles palestinos que no son parte activa del grupo terrorista.

En la práctica es evidentemente imposible evitar esas muertes, debido al hecho que Hamás emplaza su infraestructura armada, intencionalmente, en medio de sus civiles. ¿Cómo evaluar entonces el comportamiento de Israel?

Para analizarlo recurrimos a Pnina Sharvit-Baruch, destacada investigadora del tema Ejército y Derecho Internacional en el INSS, el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional en Tel Aviv.

Antes de sumarse a este prestigioso centro de investigación, Sharvit-Baruch, que es Coronel en la reserva de las Fuerzas de Defensa de Israel, sirvió durante 20 años en el departamento de Derecho Internacional en la Procuraduría militar, desempeñándose como directora del mismo durante un lustro. Es experta en leyes de guerra, lucha contra el terrorismo, acuerdos de seguridad y asesoría legal en temas de seguridad y conflicto.

–Israel sostiene que actúa de acuerdo al Derecho Internacional en su guerra contra Hamás y que tiene la obligación de poner fin a esta amenaza tras la masacre del 7 de octubre. ¿Qué opinión le merece esta situación?

–Creo que hay dos cosas fundamentales. En primer lugar, hemos comprendido que el Hamás constituye una amenaza mucho mayor de lo que pensábamos. Si bien antes era claro que era una amenaza, por la posibilidad de lanzar cohetes, entre otras cosas, lo cual alteró en más de una ocasión la vida en Israel, creo que el hecho que alcanzó tal nivel de amenaza, al mostrar su capacidad de ocupar partes de Israel, borrar partes enteras en más de 20 poblados, tomar el control de bases militares, era algo que no entendimos.

Creo que está claro que si no quitamos a Hamás sus capacidades militares y lo derribamos, al menos en el aspecto militar, Israel estará en una situación con la que no podrá vivir . Un ejemplo concreto: no podrán devolver a la gente que vivía en los poblados del sur a esos lugares, porque con esa amenaza la gente no volverá a esos sitios. Es una amenaza muy palpable para Israel.

–¿Eso explica la actual envergadura de la guerra?

–Es que Israel, de hecho, comprende ahora que no se puede hacer algo reducido, causar un poco de perjuicios a Hamás, sino que hay que causar daños significativos en sus infraestructuras militares.

El problema es que las infraestructuras militares de Hamás no están ubicadas en una, dos, o diez bases en Gaza, sino que en realidad están ubicadas en toda Gaza, debajo de Gaza, todo es allí civil y lo militar está emplazado bajo edificios civiles. Por lo tanto, para destruir la infraestructura militar de Hamás en forma efectiva, significa que habrá un perjuicio importante tanto de las infraestructuras civiles como de ciudadanos del lado de Gaza.

Las infraestructuras militares de Hamás están ubicadas en toda Gaza bajo edificios civiles

Es importante comprender que ese no es el objetivo de la operación –y no debe serlo– a diferencia de las expresiones de toda serie de fuentes políticas que hablan precisamente de esos aspectos. No es la intención, tampoco así actúa Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel.

–La intención no es «allanar a Gaza».

–No. Tzahal es un ejército ordenado que actúa en el marco de un Estado democrático. Las órdenes que se imparten a las tropas toman en cuenta las leyes de guerra. Asesores jurídicos son parte de todo este esfuerzo. Es algo que forma parte de la conciencia de los comandantes, está todo respaldado. Por lo tanto, está prohibido y no está en sus planes disparar en dirección a civiles para causar víctimas civiles. No forma parte del modo de acción de Tzahal, las Fuerzas de Defensa de Israel.

No está en sus planes disparar en dirección a civiles para causar víctimas civiles

Incluso si dejamos de lado el aspecto moral y jurídico, eso tampoco puede ser el objetivo desde el punto de vista táctico y estratégico. Para quien no nos creen, les diré que disparar a civiles intencionalmente tampoco tendría ninguna lógica desde el punto de vista militar.

–O sea que más allá del tema moral, tampoco aportaría nada al esfuerzo militar.

–En absoluto. Por ello, realmente ahora el foco se encuentra en dichas infraestructuras. Pero como dije antes, para causar daños a esas infraestructuras en forma efectiva y no solo algo «cosmético», es imperioso entrar en un barrio tras otro, y bombardear en forma muy significativa a las infraestructuras subterráneas, lo que asimismo provoca destrucción muy amplia en la Franja de Gaza y muchas víctimas.

Quienes ven las imágenes de Gaza se alejan de los horrores que hizo Hamás contra Israel

Es claro que dichas imágenes se ven mal y, a medida que pase el tiempo, quienes las ven se alejarán de las crueldades que nos hicieron y se enfocarán en lo que les sucede a los palestinos. Pero nosotros como país, comprendiendo la dimensión de la amenaza y los horrores de lo que hicieron aquí, no podemos seguir en una situación en la cual Hamás tenga capacidades militares, siempre que actuemos conforme a las reglas de guerra.

–¿Cómo se hace eso?

–Dirigimos nuestros ataques a objetivos militares y tomando en cuenta el principio de la proporcionalidad. O sea hay que evaluar la ventaja militar, el daño colateral que se estima que será causado a la población civil y ver si ese daño secundario es excesivo en comparación con la ventaja militar de tal o cual ataque. La ventaja militar tiene mayor peso.

–Es muy difícil medirlo, cuando hay civiles muertos.

–Hay que tener presente que para el sur de Israel es un tema literalmente existencial. Pero yo hasta diría que va más allá, puesto que el resto de nuestros enemigos nos observan para ver si logramos o no hacer frente a Hamás.

Aquí hemos sufrido 15 veces el 11 de septiembre, en proporción al tamaño de nuestra población

Existe un potencial de que se desarrollen frentes adicionales. Hay que tener presente que la ventaja militar es muy importante no sólo para evitar que lancen cohetes desde Gaza a Israel –lo cual por supuesto es muy importante– sino por todo lo antedicho.

–Hay quienes dicen, al ver las escenas de destrucción en Gaza, que no puede ser que eso sea proporcional.

–Quien desea verlo así puede verlo. Pero quien desee puede ver un poco los vídeos de lo que sucedió en Israel y quizás entonces sea capaz de evaluar en forma diferente la proporcionalidad.

Si comparamos con el 11 de septiembre de Estados Unidos, desde el punto de vista numérico, aquí hemos sufrido 15 veces el 11 de septiembre, en proporción al tamaño de la población. Y todos sabemos cuán intensamente reaccionó Estados Unidos. Es más, en aquel caso el enemigo estaba situado lejos. Es decir, no era un enemigo que continuaba amenazándolo en ese momento. El mundo apoyó plenamente a Estados Unidos. Por lo tanto, creo que cada país que observa lo ocurrido debe pensar qué hubiese sucedido si les hubiera pasado a ellos.

–¿Qué piensas de la comparación que hacen en más de una ocasión con el bombardeo de los Aliados sobre Dresden? Murieron allí muchos más civiles alemanes que de los países aliados, pero nadie dudó que la culpa de la situación la tenían los nazis.

–En primer lugar, creo que desde el punto de vista jurídico la comparación no es en cuanto a la cantidad de víctimas de cada lado. Por lo general, en nuestro lado son menos las víctimas que del otro lado.

En este caso, aunque hagamos esa prueba –que no es la apropiada–, hay muchísimas víctimas del lado israelí: 1.400 muertos, otros miles de heridos y 240 secuestrados además de poblados enteros que fueron seriamente destruidos y algunos casi borrados. Por lo tanto, el perjuicio fue muy grave del lado israelí. Sin embargo, más allá de eso, nuevamente, hay que tener en cuenta que hay un enemigo cruel que demostró ahora su determinación a actuar para la destrucción de Israel y un máximo posible de ciudadanos israelíes.

El objetivo era atacar blancos civiles israelíes y el ataque a bases militares fue para que no les impidieran entrar en los poblados civiles. Y se trata de poblados situados alrededor de Gaza donde hay tantos activistas a favor de la paz, gente que estuvo en contacto con Gaza y ayudaba a los gazatíes, precisamente esos kibutzim fueron víctimas.

El objetivo no es allanar a Gaza, sino destruir las infraestructuras militares de Hamás

Por lo tanto, vuelvo a señalar que el objetivo no es allanar a Gaza, sino destruir las infraestructuras militares, si bien existe cierta superposición entre los objetivos militares y civiles, porque los militares se encuentran por debajo de las infraestructuras civiles de Gaza. Pero el objetivo no es la población civil, sino que ésta se retire de toda esa región antes de que comiencen a bombardear, porque el objetivo no es causar daños a la población.

–Es ineludible pensar en la vida que podría tener Gaza si no fuera por Hamás y su práctica de instalar su infraestructura armada entre los civiles.

–Sin duda ninguna. El Hamás controla Gaza desde 2007, hubiese podido transformarla, invertir todos los fondos en lugar de en esas capacidades militares tan costosas, dedicarlo a la población, crear cosas para el beneficio de la población.

Después de la desconexión, cuando Israel se retiró en el 2005, Israel les dejó invernaderos que funcionaban. Es decir, en lugar de dedicar todos los fondos en medios para causar un perjuicio máximo a objetivos israelíes y utilizar a toda Gaza como su escudo, podrían haber aprovechado todo eso.

–¿Qué siente por los gazatíes?

–Siento compasión por la población de Gaza, para quien Hamás es un gobierno terrible. Pero es un enemigo, nosotros no lo elegimos. Si no nos atacara todo el tiempo, no haríamos nada a Gaza. Al contrario, desearíamos cooperar y que prospere.

–¿Cuáles son los convenios que determinan las leyes de guerra, en base a los cuales usted dice que Israel respeta el Derecho internacional?

–Las leyes de guerra en grandes términos, cuando hablamos del Derecho internacional consuetudinario, respaldadas por el Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra, del año 1977, señalan lo que mencioné anteriormente: está permitido dirigir ataques únicamente a objetivos militares y no civiles, hay que actuar en forma «proporcional», aplicar medios de precaución para reducir el perjuicio a la población civil. En grandes términos, es toda la doctrina …

–¿Existe alguna declaración explícita en los convenios internacionales sobre lo que pasa si instalaciones civiles son usadas para fines militares o se mezclan con la población civil? ¿Eso lo transforma en un objetivo militar legítimo?

–La definición de un objetivo militar es un blanco que sirve para los fines militares del enemigo, es decir, mismo una escuela, una casa privada, una mezquita o incluso un hospital, puede ser un objetivo militar si se utiliza para esos fines. Esa es la definición.

– ¿Así está escrito?

–Sí, es la definición de objetivo militar en el Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra.

–Vayamos un poco más lejos. ¿Le parece que Israel podría bombardear el hospital Shifa de Gaza porque los jefes de Hamás se esconden en su refugio subterráneo?

–En primer lugar, desde el punto de vista jurídico, se puede incluso atacar a un hospital, previo aviso especial. Desde el punto de vista jurídico, no es algo que no sea posible hacer si el hospital es usado con fines militares. Pero está sujeto a permitirles la evacuación y demás. No sé si es una opción que se plantea actualmente.

–Y en esta guerra contra el terrorismo, el 7 de octubre quedará registrado como un punto de inflexión.

–Por supuesto. Es importante destacar que las barbaries que hicieron constituyen crímenes de lesa humanidad. Entra incluso en la definición de genocidio. Además, el tema de los rehenes debe presentarse ante todo el mundo, incluyendo el Gobierno español y otros.

Debe haber una presión de todas partes y constante sobre Hamás para que libere a los rehenes, entre los que se incluyen familias enteras con niños pequeños, mujeres, ancianos, hombres, jóvenes. Eso tiene que ser parte de una campaña mundial. El mal causado y el terrorismo son del nivel del Estado islámico (Isis) y el mundo debe ser muy categórico diciendo que ningún país del mundo puede aceptar tales actos. De otro modo, hoy somos nosotros las víctimas y mañana serán otros.