Persiste el acoso del régimen cubano a la intelectual Alina López Hernández

El régimen cubano ha usado su lenguaje jurídico más refinado para intensificar su acoso contra la historiadora Alina López Hernández.

El pasado jueves hizo saber que «atendiendo a la coincidencia de varios actos judiciales en la persona de la jueza ponente del asunto para el día que estaba señalado, y en correspondencia con lo establecido en el artículo 39 de la vigente Ley del Proceso Penal y lo previsto en la Instrucción 93 de 1980 del Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular relativa a la suspensión, anulación y traslado de los juicios orales» posponía el juicio contra la opositora.

De ahí que resultase «procedente anular el señalamiento y se resuelve como sigue: […] Se anula el acto de juicio oral dispuesto para el día 16 de noviembre de 2023 en el juicio 33 de 2023 por los fundamentos antes expuestos y se señala nuevamente para el 28 de noviembre de 2023 a las 9 y 30 de la mañana, en la sede del Tribunal Municipal de Matanzas. Cítese nuevamente los testigos y demás partes del proceso».

Así reza el auto mediante el cual la juez Adahara Ana Guillermo Prado pospone el juicio a la historiadora Alina Bárbara López Hernández, acosada política y judicialmente por el régimen cubano desde la pasada primavera.

«Estoy indignadísima» señala López Hernández a El Debate, «porque es un atropello tras otro, esta posposición de la fecha del 16 al 28 [del presente mes] por una justificación simplista, según la cual la jueza tenía varios juicios el mismo día, una cosa que está puesta desde hace más de un mes, la fecha la fijaron ellos. Estoy sumamente molesta porque sigo bajo dos medidas cautelares, represivas: reclusión domiciliaria y regulación. Trato de mantener la calma en estas circunstancias, pero es muy difícil».

El lenguaje burocrático del auto, en apariencia homologable con el de cualquier juzgado de instrucción de un país democrático. La realidad es que el documento encierra una realidad mucho más prosaica, que explica la interesada: «Lo que pasa es que no se percataron que el juicio coincidía con el día en que el Gobierno cubano rinde cuentas ante el Consejo de Derechos Humanos. Y tiene muchas cuentas que rendir como para que le coincidiera con este escándalo».

También, como destaca María Eugenia Gutiérrez, responsable de Comunicación del Partido Democristiano de Cuba –prohibido en la Isla y apoyo de López Hernández–, «se trata de algo táctico para evitar que se hable del juicio durante la visita a Cuba de Eamon Gilmore», Representante Especial de la Unión para Derechos Humanos.

Una visita que fue anunciada oficialmente hace seis meses, por lo que el régimen ha tenido tiempo de sobra para evitar coincidencias incómodas para él.

Sin embargo, se ha decantado por aplazar el juicio en el último minuto y deshacer toda la estrategia de defensa de López Hernández, lo que significa intentar reventarla psicológicamente, como parte de la represión de baja intensidad que el castrismo aplica a buena parte de los opositores.

En el caso de López Hernández, este nuevo episodio se suma a otros como la imposibilidad de acudir al aeropuerto para despedir a su hija que partía al extranjero u honrar la memoria de su padre, fallecido hace un año.

Este último está, donde tenía reuniones profesionales. La limitación de movimientos es consecuencia directa de la regulación a la que está sometida. «Ellos están tensos con este juicio porque tienen las de perder, me condenen o no», declara antes de anunciar que va a «protestar diariamente entre las fechas que ellos fijaron».