Lo que se sabe y no se sabe del envenenamiento de la mujer del jefe de los servicios secretos ucranianos
El envenenamiento de Marianna Budanova, esposa del jefe de la Dirección Principal de Inteligencia de Ucrania (GUR), Kyrylo Budanov, ha abierto innumerables incógnitas y revelado una falla en la seguridad de los servicios de inteligencia ucranianos.
Budanova está fuera de peligro, aunque permanece en el hospital recibiendo tratamiento. La investigación apunta a que el objetivo originario del atentado era Budanov, pero que ante la imposibilidad de llegar a él se optó por envenenar a su esposa.
Budanov se ha convertido en el objetivo número uno de los servicios secretos rusos. Es, tal vez después del presidente Volodimir Zelenski, la autoridad más odiada por el Kremlin. Budanov está detrás de innumerables actos de sabotaje contra Rusia, tanto en la Ucrania ocupada como en territorio de la Federación.
El jefe del GUR estuvo directamente implicado en el diseño, organización y ejecución de las explosiones que en octubre de 2022 destruyeron varios segmentos del puente de Kerch, que une Crimea con Rusia.
Además de la esposa del jefe del GUR, también han sido envenenados varios funcionarios de los servicios secretos responsables de operaciones secretas contra Rusia y contra las autoridades prorrusas de la Ucrania ocupada.
Marianna Budanova no es únicamente la esposa de Kyrylo Budanov: es una pieza central en el tablero del gobierno ucraniano, con una gran capacidad de influencia en el centro de toma de decisiones.
Su muerte o su incapacidad, por lo tanto, sería un duro golpe para Ucrania. Asesora del alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, Budanova era tan odiada como su marido por los servicios secretos rusos.
La hipótesis principal con la que trabaja el GUR es la de que Rusia está detrás del ataque de Budanova y de los funcionarios de los servicios de inteligencia.
Hace unos días, precisamente, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, advirtió que Putin había dado orden a su red de espías infiltrados en los servicios secretos ucranianos para iniciar acciones de sabotaje y desestabilización en la administración ucraniana.
Según advirtió el jefe del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Oleksiy Danilov, en declaraciones a The Times, los servicios secretos ucranianos, el SBU, están infiltrados de traidores a sueldo de Moscú.
El problema, argumentó, es que, tras la independencia de Ucrania en 1991, las nuevas autoridades ucranianas no cerraron el KGB soviético, sino que lo transformaron en el SBU, conservando sus viejas estructuras y –ahí reside el principal problema– sus viejas lealtades.
Desde entonces, y hasta hoy, el SBU ha mantenido sus lazos con el FSB –la organización heredera del KGB en la Federación Rusa– a pesar del esfuerzo de Kiev para limpiar sus servicios secretos.
¿Están esos elementos de Moscú infiltrados en el SBU detrás del atentado de Budanova? El GUR no solo no lo descarta sino que trabaja principalmente con esa vía de investigación.
Según esa vía de investigación, Budanova habría sido fijada como objetivo ante la imposibilidad de atentar contra Kyrylo Budanov debido a las fuertes medidas de seguridad que lo protegen.
De hecho, según reconoció el propio Budanov, tanto su esposa como sus hijas se habían trasladado a vivir a su oficina en el GUR por motivos de seguridad.
El exjefe del GUR entre 2015 y 2016 señaló que «durante las pruebas se encontraron metales como arsénico y mercurio».
Además, hay otro elemento central de la investigación: Budanova no enfermó de forma repentina, sino que fue un proceso paulatino.
Eso significaría que el envenenamiento se produjo durante varios días mediante la introducción en su comida de cantidades no letales de veneno que se fue acumulando en su organismo.