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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez

Bruselas deja sola a España en su disputa con Israel y afirma que se mantendrá al margen

La Comisón Europea considera que la tensión entre Tel Aviv y el Gobierno español tras las declaraciones de Sánchez es un asunto «bilateral»

La reciente tensión diplomática entre España e Israel culminó con la retirada de la embajadora israelí en España, Rodica Radian-Gordon, decisión tomada tras las controvertidas declaraciones de Pedro Sánchez durante su visita a Israel.

Pero frente a lo que podría convertirse en una crisis diplomática en toda regla, la Comisión Europea no tomará el bando español y optará por mantenerse al márgen, sin apoyar al país miembro del bloque.

El origen del conflicto se remonta a las declaraciones de Sánchez, quien, en una visita a Israel acompañado por el Primer Ministro belga Alexander De Croo, criticó las acciones de Israel contra Hamas, calificándolas de «catástrofe humanitaria». Estos comentarios provocaron una respuesta inmediata del Ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Eli Cohen, quien describió las palabras de Sánchez como «afirmaciones escandalosas» y «acusaciones infundadas».

Cohen enfatizó que Israel actúa de acuerdo con el derecho internacional y acusó a Hamas de cometer crímenes de guerra y contra la humanidad.

La respuesta de Israel no se limitó a palabras. Además de retirar a su embajadora en España, Israel convocó a la embajadora española en Tel Aviv, Ana Salomón, para consultas. Cohen declaró que la lucha contra Hamas continuará hasta la liberación de todos los rehenes y la eliminación del grupo terrorista de Gaza.

Aunque las tensiones en las relaciones bilaterales entre España e Israel están en escalada, la Comisión Europea ha optado por mantenerse al margen, declarando que la disputa entre España e Israel es un asunto «bilateral».

Fuentes de la Comisión afirmaron que la posición de la Unión Europea sobre Israel y la guerra se mantiene según lo acordado en los documentos relevantes por los 27 Estados miembros.

El gobierno de Sánchez ha enfrentado críticas no solo por sus comentarios sobre Israel, sino también por su promesa de abogar en la UE por el reconocimiento del Estado Palestino, un tema delicado en la política internacional.

Bruselas reiteró su compromiso con una solución de dos Estados basada en las líneas de 1967 y las resoluciones de la ONU, incluyendo la coexistencia pacífica y la protección de sitios históricos y sagrados en Jerusalén.

La visita de Sánchez a Israel, que coincidió con su primer viaje al extranjero tras ser investido como presidente al haber pactado con los partidos separatistas, ha exacerbado la situación. Además, Hamas elogió la postura de Sánchez y De Croo contra Israel, lo que incrementó aún más la tensión.

Por su parte, la situación de Bélgica, representada por De Croo, ha sido categorizada por la Comisión como parte de sus relaciones bilaterales con Israel, subrayando así las diferencias entre las relaciones diplomáticas de cada país de la UE con Israel.