Israel ordena al Mossad dar caza y eliminar a los líderes de Hamás ocultos en el extranjero
La operación, retrasada por la negociación para la liberación de rehenes, podría acelerarse una vez rotas las conversaciones en Qatar
Tras el secuestro y asesinato de varios atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972, el gobierno israelí dio la orden al Mossad de montar una operación para dar caza a los cabecillas de la organización terrorista palestina Septiembre Negro –responsable del ataque– y eliminarlos.
En un movimiento que recuerda mucho a aquella operación, el gobierno de Benjamín Netanyahu habría ordenado a sus servicios secretos que localicen y eliminen a los principales líderes de la organización terrorista Hamás que residen en el extranjero.
Las negociaciones con Hamás en Qatar para la liberación de el máximo número de rehenes capturados por los terroristas el 7 de octubre habían retrasado la operación.
El fin de la tregua y la ruptura de las negociaciones –Netanyahu ordenó al jefe del Mossad retirarse de Qatar y regresar a Israel– podrían acelerarse los planes.
En la actual operación militar en la franja de Gaza, el objetivo número uno de Israel es Yahya Sinwar, líder del brazo armado de Hamás, las brigadas de Al Qassam. Pero su localización y eliminación es tarea de las fuerzas israelíes que operan en Gaza, ya que el líder terrorista permanece dentro de la franja.
Distinto es el caso de los principales líderes políticos de la organización, que residen en países como Qatar, Líbano, Turquía o Egipto. Líderes como Jaled Meshaal, cabeza de la organización, o Ismael Haniye, responsable político de Hamás.
Según publica The Wall Street Journal, a partir de «fuentes oficiales israelíes», Netanyahu habría dado órdenes a sus servicios secretos para poner en marcha la operación.
The Wall Street Journal apunta a que los planes de la operación del Mossad son confidenciales, pero se habría producido una filtración el 22 de noviembre que los sacaron a la luz.
El mismo ministro de Defensa Yoav Gallant dijo que los líderes de Hamás «vivían con el tiempo prestado».
Los planes comenzaron a diseñarse el mismo 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un inesperado ataque contra Israel, matando a 1.200 personas y llevándose a más de 200 rehenes, pero ha sido sobre todo la necesidad de mantener a Qatar como mediador para la liberación de rehenes la que ha demorado las operaciones encubiertas.
El máximo líder de Hamás, Jaled Meshaal, vive refugiado en Catar desde hace más de diez años, mientras que el líder de su oficina política, Ismael Haniye, vive en Turquía, y otros líderes del movimiento están en el Líbano.
Los autores fueron detenidos por Jordania y el gobierno jordano exigió que Israel enviara el antídoto contra el veneno. Además, el gobierno jordano logró que Israel excarcelase al jeque fundador del movimiento, Ahmed Yasín.
Aunque aquel fue uno de los fiascos más sonados de las operaciones encubiertas de Israel, el país ha llevado a cabo otras muchas más exitosas en todo el mundo: el periodista israelí Ronen Bergman ha cifrado estas operaciones en 2.700, en su libro Rise and Kill First (Levántate y mata primero).
El rotativo informó también de que una parte del plan incluye la expulsión de Gaza de la «tropa» de Hamás para poder acelerar el fin de la guerra y pasar a la fase de los asesinatos, de ahí la reticencia israelí a aceptar un alto el fuego.
Y aunque parece haber un gran consenso sobre los planes, no todos los expertos parecen estar de acuerdo: Efraim Halevy, antiguo director del Mossad, considera que matar a los líderes del movimiento no va a eliminar las amenazas, sino que posiblemente va a acelerarlas al encender la cólera de sus seguidores.
Matar a los dirigentes de Hamás por el mundo «es un deseo de venganza, no un deseo de lograr un objetivo estratégico», dijo Halevy, según el diario.