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Aquilino Cayuela

Las atrocidades de Hamás y las desventajas asimétricas de Israel

El Ejército israelí es más fuerte, más grande y está mejor dotado de recursos que Hamás y otros grupos terroristas palestinos, y los planificadores israelíes saben que sus enemigos no pueden enfrentarse cara a cara con las Fuerzas de Defensa de Israel

Soldados israelíes en la franja de GazaAFP

En los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron más de 1.400 israelíes muertos en un solo día, se han producido verdaderas atrocidades que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional establece como crímenes de lesa humanidad, o actos criminales como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil.

Crímenes que comprenden asesinatos, exterminio, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población, privación grave de libertad física, torturas, violaciones o cualquier otra forma de violencia sexual, persecución de un grupo con identidad propia, desaparición forzada de personas y otros actos inhumanos que causen graves sufrimientos.

Fue una verdadera razzia, o sea, incursión en un territorio para saquear y destruir, pero la saña planificada de esta correría contra población judía no tiene precedentes desde los pogromos del pasado siglo.

Las imágenes del sábado negro, el estado de los cuerpos de las víctimas, está dejando estupefactos a quienes las han visionado

Las imágenes del sábado negro, el estado de los cuerpos de las víctimas, está dejando estupefactos a quienes las han visionado. El estado de las víctimas y las condiciones en que se han llevado a los rehenes deja atónitos a todos aquellos que sentimos respeto por la humanidad.

Cualquier país que se precie de serlo debe responder a esto con una fuerza abrumadora, pues de no ser así significa que no es garante de la seguridad de sus ciudadanos. Por eso el Ejército israelí ha lanzado, legítimamente, ataques contra la franja de Gaza con el objetivo de eliminar a las alas política y militar de Hamás.

Hamás, además, ha hecho saltar por los aires, en un solo día, cincuenta años de procesos de paz y que se acercaban a un momento adecuado. Ha roto las esperanzas de paz de árabes y judíos en el territorio de Israel, algo que, con justicia, debía motivar una contundente respuesta internacional y que, sorprendentemente, no se ha producido de forma unánime.

El Ejército israelí es más fuerte, más grande y está mejor dotado de recursos que Hamás y otros grupos terroristas palestinos, y los planificadores israelíes saben que sus enemigos no pueden enfrentarse cara a cara con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

Las nuevas técnicas de «guerra híbrida» permiten, a través de la tecnología acortar la distancia entre Estados y grupos terroristas

Pero, asimismo, saben que se enfrentan a un enemigo asimétrico con numerosos apoyos internacionales de estados como Irán y Yemen, con milicias terroristas en el Líbano y Siria y con una amplia red del terrorismo yihadista.

Además, las nuevas técnicas de «guerra híbrida» permiten, a través de la tecnología acortar la distancia entre Estados y grupos terroristas, permitiendo estos comportarse de forma semejante a las operaciones de seguridad e inteligencia de los países legítimos.

Hamás puede lanzar ataques sofisticados y difundir propaganda de forma muy similar a como lo hace Israel. También sus tácticas antiguas, como la construcción de una red de túneles bajo Gaza y el uso de población civil como escudos humanos son una baza para Hamás en su lucha asimétrica contra el adversario.

Hamás, además, capturó a 240 civiles israelíes que está usando, desde el primer momento, como moneda de cambio. Aún retiene a más de 120 cautivos.

Asimismo, no ha cejado en sus acciones terroristas. En Jerusalén han asesinado a tres personas, dejando numerosos heridos. También cuentan con la amenaza yihadista que podría, más allá de Israel, en los países occidentales activarse de forma indiscriminada.

Hamás ha forzado a Israel a una guerra no deseada y ha destruido las esperanzas de tantos palestinos que confiaban en la buena marcha de la paz

En muchos sentidos, el grupo ha tenido éxito, pero el mayor de todos (no hay que olvidarlo) es que ha destruido en unas horas los largos años de procesos de paz. Ha forzado a Israel a una guerra no deseada y ha destruido las esperanzas de tantos palestinos que confiaban en la buena marcha de la paz en el territorio.

Hamás se encuentra ahora en una situación similar a la de Israel en cuanto a su capacidad para proyectar su propia narrativa sobre la guerra. Hamás utiliza la aplicación de mensajería Telegram para reclutar nuevos miembros y difundir su información falsa.

Incluso después de que Israel cortara la electricidad y apagara internet en Gaza, Hamás pudo hacer proliferar numerosa desinformación en aplicaciones y redes sociales apoyándose en un ejército mundial de simpatizantes.

Pronto los gobiernos estadounidense, canadiense y francés comprobaron fehacientemente que las pruebas indicaban que la explosión había sido causada por un misil errado disparado desde dentro de Gaza.

Asimismo, su red de túneles (algo que grupos palestinos utilizaron eficazmente en Beirut, en la Guerra del Líbano) permiten a sus combatientes moverse por el territorio cuando las fuerzas israelíes han tomado las calles superiores. Israel podría utilizar bombas masivas para destruir estos túneles, pero al hacerlo mataría a miles de civiles más, con el consiguiente oprobio internacional con acusaciones de que las FDI matan indiscriminadamente a inocentes.

Pero la ventaja asimétrica más importante para Hamás ha consistido en su explotación propagandística de la respuesta de Israel a su razzia del 7 de octubre de 2023. Hamás y sus redes vinculadas a movimientos progresistas y radicales en Occidente buscan una reacción mundial frente a Israel.

Pedro Sánchez, presidente de España y transitoriamente del Consejo de la UE ha sido felicitado por la organización terrorista, triste ejemplo, de negligencia en relaciones internacionales y de una total ausencia de sensibilidad hacía una nación brutalmente atacada.

Quienes apoyan a Hamás silencian, culpablemente, que les importa poco las vidas de civiles inocentes sean los judíos asesinados o cautivos, como palestinos atrapados como escudos humanos en el territorio en conflicto.