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Bandera de la Unión Europea en Bruselas.

Bandera de la Unión Europea en Bruselas.DPA vía Europa Press

Unión Europea

Eurobarómetro: el sentimiento europeísta se mantiene vivo ante el crecimiento del escepticismo

Este miércoles se ha publicado la última encuesta interna de la UE sobre cómo ven y qué les preocupa a los ciudadanos comunitarios

Este miércoles comienza la cuenta atrás hacia las elecciones europeas del próximo 6 de junio de 2024. Seis meses exactos en el que importantes elementos de la actual Unión Europea están en juego. A pesar de un sentimiento positivo generalizado, el euroescepticismo ha crecido en algunos países a medida que los partidos de derecha e identitarios van tomando posiciones.

En los últimos cinco años han dominado los populares europeos con una gran influencia liberal e izquierdista que claramente se ha transformado en políticas verdes radicales y en algunos puntos contrarias a la propia identidad europea. La actual Comisión, encabezada por Ursula von der Leyen, se ha decantado por atraer a los partidos de izquierda. El resultado no ha sido del todo satisfactorio y ese sentir se ha traducido en las encuestas.

Pese a los evidentes signos positivos existentes, los ciudadanos sienten que existen problemas estructurales que les dificulta el día a día.

El 72 % de los ciudadanos europeos piensan que su país se ha beneficiado de la adhesión a la UE y el 70 % cree que las acciones de la UE tienen un impacto en su vida cotidiana pero, al mismo tiempo, el 73 % de los europeos cree que su nivel de vida disminuirá durante el próximo año. Cerca de la mitad (47 %) ya ha visto reducido su nivel de vida y el 26 % teme que ocurra durante el próximo año.

El estudio no lo relaciona directamente, pero el efecto búmeran de las sanciones a Rusia se están haciendo notar en la vida diaria de los europeos, tal y como demuestra el último Eurobarómetro del año. Según el estudio, el 37% tiene dificultades para pagar las facturas a veces o casi siempre.

Suecia y Dinamarca son las excepciones que confirman la regla con un 93 % y un 92 % de encuestados respectivamente que no tienen problemas económicos de ningún tipo. En el extremo opuesto se sitúan países del sur de Europa y del Este, desde Portugal hasta Bulgaria. España se encuentra en la parte media-alta de la tabla con un 31 % de los ciudadanos con dificultades económicas.

En países como Italia, el euroescepticismo ha crecido 4 puntos pasando y se acerca a la barrera del 50 %, muy cerca de aquellos que consideran muy positivo formar parte del club europeo. En Austria ha crecido un 2 %.

En cambio, y a pesar de la tensión sostenida entre Bruselas y Budapest, también se ha reducido en 4 puntos aquellos que tienen una pésima imagen de la UE con un 12 % de los encuestados.

Ganas de participar

Dejando de lado los sentimientos respecto a la Unión Europea, la participación se prevé más alta que hace cinco años.

La mayoría (57 %) expresó interés por las próximas elecciones y el 68 % dice que probablemente votaría si las elecciones europeas se celebraran dentro de una semana, nueve puntos más que 5 años antes.

Sí que se reconoce en general la gran influencia que tiene el Parlamento Europeo sobre las vidas de todos los Estados miembros y, por lo tanto, en el día a día de los ciudadanos. El 70 % reconoce que las decisiones tienen un gran impacto. Esto es especialmente relevante de cara a la participación, ya que tanto ECR como ID -especialmente los segundos- han cambiado su discurso antieuropeo para abrazar un posicionamiento ‘euroexigente’.

Es decir, ya no abogan por salir de la UE (lo que podría afectar a la participación de sus seguidores por considerarlo inútil), sino que proponen un cambio profundo desde dentro. Marine Le Pen, Matteo Salvini y Geert Wilders son un ejemplo de ese cambio que puede apreciarse en sus discursos recientes.

Esta participación de los que hasta ahora habían quedado relegados en las encuestas preocupa por el nuevo equilibrio de fuerzas que pueda venir tras las elecciones. El debate dominante también podrá cambiar.

Según el último estudio, los ciudadanos quieren que el Parlamento Europeo dé prioridad a la lucha contra la pobreza y la exclusión social (36 %) y a la salud pública (34 %) como temas principales, seguidos de la lucha contra el cambio climático y el apoyo a la economía y la creación de nuevos puestos de trabajo (ambos con un 29 %).

El cambio climático es una burbuja que antes o después pinchará si estos partidos con capaces de explicar las graves consecuencias que tendrá para nuestra economía el adoptar las posturas más radicales de ciertos grupos parlamentarios.

En 21 de los Estados miembros existe una mayoría (53 %) que desea que el Parlamento Europeo desempeñe un papel más importante. En la actualidad cerca del 80 % de las políticas son aplicadas desde Bruselas y la tendencia va en aumento. Tan solo en esta última legislatura (2019-2024) se han aprobado más de 240 leyes y adoptado 152 documentos.

El caso español

En el caso de España, casi ocho de cada diez ciudadanos (78 %) consideran que España se ha beneficiado de pertenecer a la UE y, por el contrario, un 13 % cree que ha sido perjudicial para el país. El 42 % de los encuestados españoles tienen una imagen positiva de la Unión Europea, mientras que el 41 % tienen una imagen neutral y un 15% tiene una imagen negativa.

Respecto a los temas que interesan en nuestro país, la salud pública (50 %) sigue siendo la principal prioridad tres puntos por encima de la anterior encuesta. Solo Portugal (53 %) está por encima, mientras que Chipre, Grecia e Irlanda registran el mismo porcentaje que España. La segunda prioridad de los españoles es el apoyo a la economía y la creación de nuevos puestos de trabajo (41 %), seguida de cerca por la lucha contra la pobreza y la exclusión social (40 %).

El actual Gobierno lleva meses con la salud pública como uno de los ejes de su discurso y con Mónica García como ministra de Sanidad se espera que se intensifique este discurso cuanto más se aproximen las elecciones.

En cambio, los españoles también consideran mayoritariamente que su nivel de vida disminuirá en el próximo año (76 %), un tema que podría ser eje de la oposición.

El 55 % de los encuestados españoles afirman que están interesados en las elecciones europeas, siete puntos más que en el Eurobarómetro 2018 que se hizo a siete meses de la votación. La batalla europea contra la amnistía ha puesto el foque en el funcionamiento de unas instituciones generalmente desconocidas o consideras distantes u opacas por gran parte de la ciudadanía. Si la oposición logra conectar con esto, sería otro posible frente contra la izquierda.

Muestra de este desconocimiento generalizado son los resultados: solo un 10 % de los españoles sabe el mes y año en el que tendrán lugar las elecciones y hasta un 62 % no sabe cuándo se celebrarán, el porcentaje más alto en toda la Unión Europea.

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