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Pedro Sánchez sonríe a Giorgia Meloni en su visita a Roma

Pedro Sánchez sonríe a Giorgia Meloni en su visita a RomaGobierno de Italia

Los medios italianos se hacen eco de la polémica entre Sánchez y el Gobierno de Meloni

El presidente del Gobierno no cumple todavía ni un mes al frente del Ejecutivo español y ya ha protagonizado un enfrentamiento con Tel Aviv mientras que las relaciones con Roma pasan por un momento delicado

A Pedro Sánchez el inicio de la legislatura se le está haciendo cuesta arriba. Las crisis internas; ayer Podemos anunció su salida de Sumar, dejando al Gobierno con cinco escaños menos; se solapan con los conflictos internacionales. Hace menos de un mes que el líder de los socialistas fue investido presidente y ya acumula una gran crisis diplomática con Israel y está camino a provocar otro enfrentamiento con el principal aliado europeo de España, Italia.

La entrevista del presidente el pasado jueves en TVE le salió cara. Sánchez dedicó reproches tanto a Israel como al país de la bota y ambas declaraciones provocaron el enfado de los respectivos Ejecutivos. El Estado judío anunció horas más tarde que llamaba a consultas a su embajadora en España. Paralelamente, la respuesta del Gobierno de Giorgia Meloni tampoco se hizo esperar.

El ministro de Exteriores italiano, Antonio Tajani, que también presidió el Parlamento Europeo, recurrió a su cuenta de X, antes Twitter, para sacar los colores al presidente del Gobierno. «En España gobierna la extrema izquierda. En Italia la hemos derrotado. Nosotros respetamos el Estado de derecho. ¿Sucede lo mismo en España? En Italia gobierna el Partido Popular Europeo, en España los secesionistas», zanjó Tajani.

La polémica se desencadenó después de que Sánchez asegurara que «en las elecciones españolas del 23 de julio salvamos una bola de partido muy importante» y puso el ejemplo de Italia donde, en palabras del líder socialista, «gobierna la extrema derecha». Pero el presidente, en su discurso, no se quedó solo ahí y decidió arremeter contra otros países, normalmente aliados importantes para nuestro país.

«En Argentina un ultraderechista ganó la presidencia gracias al apoyo, no sólo de su electorado, sino también de la derecha tradicional de Macri», señaló el presidente durante su primera entrevista tras ser investido. El presidente nunca llegó a felicitar a Javier Milei tras su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina frente al candidato oficialista Sergio Massa, por el que Sánchez hizo campaña. El presidente prosiguió haciendo mención a Países Bajos, donde ha salido ganador el derechista Geert Wilders.

«Estamos siendo testigos de un avance de gobiernos reaccionarios que cuestionan elementos tan importantes como la participación de la mujer en la vida política, económica y social de nuestro país o que banalizan la emergencia climática, que es uno de los principales problemas de la humanidad, no sólo España. Nosotros hemos parado esta ola con la respuesta de las urnas, con el voto de los españoles», explicó Sánchez. En Roma no ha sentado nada bien que el presidente del Gobierno les incluya en este grupo de «gobiernos reaccionarios de extrema derecha».

Así las cosas, los principales medios italianos ya hablan de una crisis diplomática. El Corriere della Sera, el periódico con mayor difusión del país, califica el enfrentamiento como «casi incidente diplomático», mientras que La Repubblica destaca que las relaciones entre ambos países están en un punto muy bajo. «Cae la helada en las relaciones entre Italia y España tras un tira y afloja entre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el viceprimer ministro italiano, Antonio Tajani», relata la noticia donde se explica el enfrentamiento entre ambos políticos. Il Giornale va un paso más allá y habla directamente de «crisis diplomática».

Es evidente que las relaciones entre dos países antaño aliados no se encuentran en su mejor momento. A pesar de que la cabeza del Ejecutivo italiano, Giorgia Meloni, no se ha pronunciado al respecto de esta polémica, es evidente que se encuentra en las antípodas de Sánchez. La primera ministra italiana dejó solo al presidente del Gobierno en su crisis con Israel, mostrando, nuevamente, «la plena solidaridad del Gobierno italiano» con el Estado judío. Declaraciones que contrastan con la postura de Sánchez que el mismo día en que milicianos de Hamás asesinaban a tres civiles en Israel, el líder socialista insistió, en Televisión Española, que tenía serias dudas sobre si el país hebreo estaba cumpliendo con el Derecho Internacional Humanitario en la Franja de Gaza.

Otro obstáculo que dificulta las relaciones entre España e Italia es la candidatura de Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno, a la presidencia del Banco Europeo de Inversión. Roma tiene tiene a su propio candidato para el puesto, Daniele Franco. Pero si este llegara a fallar, el Gobierno de Meloni lo tiene claro y su siguiente mejor opción tampoco es Calviño. Italia se decantará por la danesa Margrethe Vestager, arrebatando a la vicepresidenta un respaldo clave.

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