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08 de septiembre de 2024

Ataque israelí contra objetivos de Hamas en Gaza

Ataque israelí contra objetivos de Hamas en GazaAFP

Guerra en Gaza: dos meses dramáticos en la historia del conflicto palestino-israelí

El pueblo de Israel reaccionó al ataque de Hamas con patriotismo, solidaridad sin límites y múltiples expresiones de hermandad y apoyo mutuo

El 7 de octubre marcó un antes y un después en el Estado de Israel. Y también para la población palestina de la franja de Gaza.

Más de 3.000 terroristas armados, la enorme mayoría de Hamas, pero también otros de la Yihad Islámica y grupos más pequeños, irrumpieron en territorio israelí rompiendo la valla fronteriza y atacaron más de 20 comunidades civiles israelíes.

Lograron llegar hasta 23 kilómetros tierra adentro, a las ciudades de Netivot y Ofakim, más alejadas de la frontera que los kibutzim, que fueron sus víctimas principales.

A los gritos de «Al·lahu-àkbar», asesinaron familias enteras, quemaron a niños vivos, violaron cruelmente y sembraron el terror. Paralelamente a ese ataque, desde Gaza se disparaban sin cesar cohetes hacia territorio israelí.

Número de la guerra contra Hamás

Número de la guerra contra HamásEl Debate

Desde entonces, han sido ya más de 11.500 los cohetes lanzados. Las alarmas siguen sonando en Israel pero a menor intensidad, ya que al avanzar el Ejército israelí y tomar control de territorios, eso limita el margen de maniobra de Hamas.

Israel recuerda que en la masacre fueron asesinadas más de 1.200 personas, la mayoría civiles

Para Israel, fue un sábado negro, que el Estado judío no podrá olvidar.

Varias horas más tarde comenzó la respuesta militar israelí, la guerra que recibió el nombre Espadas de Hierro, cuyo declarado objetivo es destruir la infraestructura armada de Hamas y desmoronar a la organización como régimen de gobierno en Gaza, con el fin de garantizar que ya no pueda constituir una amenaza para la población israelí. Más de 10.000 blancos de Hamas ya habían sido atacados hasta hace unos días.

Los números

Una forma de resumir estos dos meses transcurridos desde el 7 de octubre es a través de los números.

Israel recuerda que en la masacre fueron asesinadas más de 1.200 personas, la mayoría civiles, de las cuales 1.112 han sido identificadas.

Hay aún numerosos cuerpos cuyo estado hace imposible reconocerlos, carbonizados totalmente. Más de 10.000 personas resultaron heridas. Y 252 fueron secuestradas, la mayoría civiles.

De ellos, la mayoría israelíes, pero también trabajadores extranjeros, aún hay 138 en manos de Hamas. El resto fueron liberados en siete tandas la semana del alto el fuego. Este tema preocupa en especial a Israel y más aún desde que los liberados contaron lo que vivieron en Gaza.

En la franja de Gaza no puede circular información independiente. No hay prensa libre ni palestina ni internacional

Los números del lado palestino se refieren todos a lo ocurrido en la guerra, desde que Israel comenzó el ataque: 17.177 muertos, 46.000 heridos y casi 2 millones de desplazados.

El gran problema con estas cifras es que su fuente única es Hamas. En la franja de Gaza no puede circular información independiente. No hay prensa libre ni palestina ni internacional.

También las organizaciones internacionales repiten lo que informa el «ministerio de Sanidad» en Gaza, lo cual equivale a decir el gobierno de la organización terrorista Hamas.

Esto da a entender que todos los muertos son civiles, pero no es preciso dado que Israel mata a numerosos terroristas con sus acciones. Según el canal 12 de la televisión israelí, ya han sido eliminados 6.000 terroristas. Pero los números muestran sólo una parte de la situación.

La verdadera comparación

No hay duda de que hay más muertos palestinos que israelíes. Lo que no siempre se entiende es que la comparación a fondo debe ser entre las intenciones de un lado y de otro, lo cual no pasa sólo por las cifras.

Hamas entró a Israel a matar, a exterminar la mayor cantidad posible de judíos

Es indudable que Hamas entró a Israel a matar, a exterminar la mayor cantidad posible de judíos, matando también a israelíes de fe musulmana y a decenas de nepalíes y tailandeses que trabajaban en los kibutzim de la zona.

Es más: desde el 7 de octubre, más de uno de sus líderes ha dicho que una nueva masacre está en camino. Lo dijo Ghazi Hamad en una entrevista a la televisión rusa en Líbano y lo reiteró Osama Hamdan también desde Líbano hace pocos días. «Es sólo cuestión de tiempo», dijeron. Hamas no lo oculta: cuando habla de «territorios ocupados» se refiere a la existencia misma del Estado soberano de Israel.

Por su parte, Israel respondió a un ataque terrorista en su contra, no como mera represalia, sino con la intención de eliminar totalmente esa amenaza. Pero tuvo que lidiar con el hecho de que Hamas emplazó toda su infraestructura armada en medio de la población civil, lo cual constituye un enorme desafío para Israel.

Israel sostiene que el Ejército hace la guerra de acuerdo con el Derecho Internacional, tratando de minimizar el daño a los civiles, avisando en general –no siempre– antes de atacar, para que los no involucrados se puedan alejar. Esa es la razón por la que hay tantos desplazados: Israel exhortó a la gente a movilizarse hacia las zonas más seguras.

Claro que esto no significa que Israel alegue siquiera que no mueren civiles. Lo que los israelíes recalcan es que ningún país que ama la vida puede permitirse no reaccionar ante un ataque como el que Israel sufrió, y que la alternativa era volver dejarse a matar.

Los efectos

El ataque de Hamas unió a Israel. No es que las discrepancias políticas hayan desaparecido. Pero todas las imágenes de los casi 10 meses de manifestaciones en protesta contra la reforma judicial promovida por el gobierno desaparecieron y las organizaciones de protesta se abocaron de inmediato al esfuerzo nacional a todo nivel para ayudar a la población afectada.

El pueblo de Israel reaccionó con patriotismo, solidaridad y múltiples expresiones de hermandad y apoyo

El pueblo de Israel reaccionó con patriotismo, solidaridad sin límites y múltiples expresiones de hermandad y apoyo mutuo. Y era imprescindible, porque además del dolor por los muertos, los heridos y secuestrados, por la destrucción, se agregó el hecho que 120.000 habitantes del sur han sido desplazados y viven hoy en comunidad, pero dispersos por hoteles de diferentes partes del país.

Y este último punto es clave también para la población civil palestina que ahora, a raíz de los ataques de Israel contra Hamas, paga un duro precio. En los últimos días se multiplican en las redes los testimonios de palestinos criticando a Hamas.

Al preguntársele a una mujer en el sur de la Franja por la ayuda humanitaria que entra a Gaza, respondió que «todo va para abajo, ellos se lo llevan todo». «Ellos» es Hamas y «abajo» son los túneles en los que se esconden los terroristas.

El asesor del primer ministro de Israel Benjamin Netanyhau en idioma árabe, Ofir Gandelman, se dirigió en un mensaje público a la población civil palestina: «Vuestra vida será mucho mejor cuando Hamas ya no esté. Gozaremos de seguridad, estabilidad y florecimiento cuando Hamas haya desaparecido».

Lo que también ha sufrido un serio golpe es el sueño de muchos israelíes (que residían en la zona atacada) de lograr la paz con los palestinos. El golpe del 7 de octubre fue dramático e indeleble.

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