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Cristina Fernández Kirchner saluda a Javier Milei tras asumir el cargoAlejandro Pagni / AFP

Toma de posesión Argentina

Milei asume la presidencia con un plan de choque para la «decadente» economía heredada del kirchnerismo

En una intervención visiblemente incómoda y nerviosa, Cristiana Fernández de Kirchner, en su calidad de presidenta del Senado, abrió la sesión de toma de posesión en la que el presidente saliente, Alberto Fernández, entregó los atributos que simbolizan la titularidad del cargo a Javier Milei.

La sesión conjunta del Congreso argentino contó con la asistencia de delegaciones internacionales entre las que destacan el Rey Felipe VI, el presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou, el presidente de Paraguay Santiago Peña, entre otros.

Mientras dentro del hemiciclo los partidarios de Milei gritaban «motosierra» en referencia a los recortes del gasto político anunciado en campaña, afuera del Congreso miles de argentinos abarrotaron las calles aledañas al grito de «Cristina se va presa, se va presa».

El Rey Felipe VI durante la toma de posesión de Javier Milei en ArgentinaAFP

Frente a una Cristina vestida de un radiante rojo, Milei juró sobre los santos evangelios ser fiel a la Constitución y cumplir con honor las responsabilidades del cargo de presidente de la República. Acto seguido el nuevo presidente recibió la banda presidencial y el bastón de mando que simbolizan la titularidad del cargo de presidente.

Posteriormente, Victoria Villarruel juró el cargo de vicepresidenta y automáticamente de presidenta del Senado en sustitución de Fernández de Kirchner quien abandonó el hemiciclo inmediatamente.

Villarruel agradeció la asistencia y la compañía de las delegaciones internacionales y marcó el primer cambio en las formas del nuevo gobierno, Milei no pronunció su primer discurso dentro del Congreso, sino en la calle frente a miles de sus seguidores.

Damos por terminada una época de decadencia y damos por iniciada la reconstrucción del paísJavier MileiPresidente de Argentina

«Hoy comienza una nueva era en Argentina» inició diciendo el nuevo presidente y anunció: «damos por terminada una época de decadencia y damos por iniciada la reconstrucción del país». Renglón seguido señaló que la «voluntad de cambio enterró épocas de fracaso y peleas sin sentido que destruyen al país y da inicio una nueva era de paz y prosperidad, de crecimiento, desarrollo, libertad y progreso».

Milei recibe el bastón presidencial del presidente saliente, Alberto FernándezAFP

Mientras la multitud gritaba «libertad, libertad, libertad» Milei señaló que «el modelo que considera al Estado un botín de guerra ha fracasado en todo el mundo, pero especialmente ha fracaso en nuestro país» y agregó «estas elecciones han marcado el punto de quiebre de nuestra historia».

Ustedes saben que prefiero decir una verdad incómoda a una mentira conformableJavier MileiPresidente de Argentina

En este sentido, el domador de leones como fue acuñado durante la campaña fue claro al decir que «ningún gobierno ha recibido una herencia peor de la que estamos recibiendo» y apuntó: «el kirchnerismo nos deja un déficit del 17 % de PIB por lo que no existe una solución viable sin reducir el gasto público y un ajuste fiscal de 5 puntos del PIB que recaerá en Estado y no sobre el sector privado».

El mandatario se mostró especialmente franco con la catastrófica situación de la economía argentina y señaló que el gobierno saliente del «dejó plantada una hiperinflación del 15.000 % anual que llevaría la pobreza por encima del 90 % y la indigencia por encima del 50 %» por lo que aseguró que lucharan «con uñas y dientes para erradicarla».

«Fuerza que viene del cielo»

Antes de finalizar su discurso, Milei recordó cuando asumió como diputado junto a Villarruel en 2021 y le preguntaron cómo harían para hacer el cambio si tan sólo eran dos entre 257 diputados y respondió con una cita del Libro de Macabeos 3:19 que dice «la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados, sino de la fuerza que viene del cielo». Renglón seguido finalizó con un «Dios bendiga a los argentinos» y su ya tradicional «¡Viva la libertad carajo!».