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Amberes es uno de las rutas marítimas principales para introducir la droga en EuropaGETTY

Seguridad

2023, año récord de incautación de cocaína en Bélgica con más de 120 toneladas

Entre 2021 y 2022 la cuantía se duplicó pasando de 50 a 110 toneladas. La policía no da abasto y la presidencia rotatoria quiere convertir la lucha contra el narcotráfico en una de las prioridades

Bélgica empieza un nuevo año batiendo récords. El pasado 2023 fue el de mayor incautación de cocaína de la historia con 120 toneladas, a las que hay que sumar otros tipos, según ha informado la ministra de Interior del país, Annelies Verlinden.

Estas cifras indican que algo se está haciendo bien en la lucha contra el narcotráfico en el país, pero también que las fuerzas de seguridad están sobrepasadas. Los hechos hablan por sí mismos. Entre 2021 y 2022, la cuantía incautada se duplicó pasando de 50 a 110 toneladas. Entre 2022 y 2023 y se incautaron 10 toneladas más, llegando a las 120 del récord.

El Estado se ha tomado en serio el asunto y está llevando a cabo operaciones más duras y peligrosas. Desde principios de 2022, la policía ha detenido a más de 1.600 personas relacionadas con el narcotráfico. La lucha contra este tipo de bandas organizadas va aparejada al aumento de la violencia ya que a mayor presión policial, mayor disputa entre bandas para el control de bandas alternativas.

Recientemente informaron las autoridades belgas de que existen zonas que se escapan a su control total como son la zona portuaria de Amberes y regiones de Bruselas. Por un lado, por la escasez de efectivos; por otro, la habilidad de los maleantes y el acceso a armas antes de difícil acceso.

Los problemas no son solo exclusivos de Bélgica, ya que algunos de los ataques más violentos han sido cometidos por bandas que vienen de países colindantes como Francia o Países Bajos. La represión en un puerto fuerza a que las operaciones se desplacen a otros. Esta es la razón por la cual Bélgica, que ocupa en este momento la presidencia rotatoria de la UE, quiere que la lucha contra el narcotráfico sea una preocupación europea de primer orden.

El 24 de enero, Bélgica acogerá el lanzamiento de la 'Alianza Europea de Puertos' en el marco de una reunión informal de ministros de Interior, según la ministra Verlinden. Se trata de un intento de implicar a las empresas portuarias y navieras privadas de todo el bloque comunitario en la lucha contra el narcotráfico. La cooperación ya ha sido puesta a prueba a nivel local. En febrero de 2022, los alcaldes de Amberes y Rotterdam firmaron un acuerdo de colaboración con cinco navieras para luchar contra este tipo de crimen.

En este sentido tendrán de aliada a la comisaria de Interior Ylva Johansson, quien durante los últimos meses ha insistido en la necesidad de que la UE se dote de más recursos y efectivos para luchar contra las bandas organizadas.

Puede que en esta ocasión sus peticiones no caigan en saco roto, aún más si se tiene en cuenta que entramos en breve en periodo electoral y la seguridad y la inmigración serán dos de los pilares principales.

Un Año Nuevo violento

Más allá de la lucha contra el narcotráfico, la tensión en las calles también se hace notar. Estas Navidades existía la gran preocupación por un atentado terrorista debido a la situación en Oriente Medio y el odio creciente entre judíos y musulmanes por todo el mundo, especialmente en suelo europeo en donde existen grandes bolsas poblaciones de ambas religiones.

Aunque afortunadamente no ha ocurrido una desgracia de esas características, sí que se han producido ataques contra la población civil. En vísperas de Año Nuevo, varios vehículos fueron incendiados y se atacó con fuegos artificiales a personal de emergencias y viandantes en ciudades como Bruselas, París o Berlín. En la capital alemana más de 300 personas fueron detenidas por este tipo de ataques.

Catherine de Bolle, jefa de Europol, ha anunciado que la unidad está trabajando para hacer frente a todos los escenarios posibles desde delincuencia organizada a cualquier nueva forma de lucha híbrida en territorio comunitario.

En el caso de Bélgica, el país vive bajo el segundo nivel más alto de amenaza desde el atentado islamista del pasado 16 de octubre. Annelies Verlinden ha declarado que el aumento de la presencia policial «se mantendrá durante un tiempo».