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David Barnea, director del MossadAFP

Perfil del director del Mossad

David Barnea, el cerebro de la respuesta israelí contra Hamás

Es partidario de combinar la firmeza en el combate con posiciones abiertas a una negociación sobre los rehenes

Anteayer, en el transcurso de las honras fúnebres del general Zvi Zamir, mítico y eficiente director del Mossad durante las Olimpiadas de Münich y la Guerra del Kipur, su lejano sucesor David Barnea manejó el palo: «hoy estamos en medio de una guerra y el Mossad, hoy como hace 50 años, se compromete a ajustar cuentas con los asesinos que irrumpieron desde la franja de Gaza el pasado 7 de octubre, con los planificadores y sus comanditarios».

Por si no fuera suficiente, Barnea añadió: «Llevará tiempo, igual que después de la masacre de Münich, pero los atraparemos dondequiera que estén. Toda madre árabe debe saber que, si su hijo participó, directa o indirectamente, en la matanza del 7 de octubre, su sangre estará sobre su cabeza».

Sin embargo, Barnea también sabe manejar la zanahoria. Lo demostró en su viaje a Qatar, a finales del pasado mes de noviembre, en compañía del director de la CIA, William Burns, para negociar la liberación de rehenes con las máximas autoridades del Emirato, país al que gusta hacer de intermediario en estos entuertos.

La presencia de Barnea en el Golfo Pérsico no resultó, en cualquier caso, extraña: desde el primer día del conflicto, se mostró partidario, de combinar la firmeza en el combate con posiciones abiertas a una negociación sobre los rehenes. En contra, por cierto, de los deseos de Benyamin Netanyahu.

El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu y David Barnea, director del MossadGobierno israelí

El director del contraespionaje exterior de Israel aprovecha la libertad de tono que le otorga encabezar el único de los tres servicios de inteligencia no señalado por sus errores de anticipación de la barbarie del 7 de octubre. A diferencia de Aman (seguridad militar) y del Shin Bet (contraespionaje interior). Con todo, es lo suficiente leal al Gobierno como para no contrariar su estrategia general. Otra cosa muy distinta es aportar sus propios toques y matices…

Se puede decir que Barnea -versión hebraizada del apellido alemán Brunner, adoptada por su padre al huir del nazismo- estaba casi predestinado para regir el Mosad: Estudió en el Internado Militar de Tel Aviv y se alistó en las Fuerzas de Defensa de Israel en 1983, con 18 años, realizando la «mili» en el Regimiento de Reconocimiento del Estado Mayor, unidad de élite conocida bajo el nombre de Sayeret Matkal.

Posteriormente estudió en Estados Unidos, donde obtuvo una licenciatura en el Instituto de Tecnología de Nueva York y un máster en Administración de Empresas en la Universidad de Pace. A continuación trabajó como director comercial en un banco de inversiones en Israel. Una idónea trayectoria militar de cara a sus futuras funciones.

En 1996, se incorporó al Mossad. Sirvió en la División Tzomet, al mando de unidades operativas en Israel y en el extranjero. Durante dos años y medio, fue jefe adjunto de la División Keshet, encargada de infiltrarse y vigilar objetivos.

En 2013, fue nombrado jefe de la primera unidad en la que sirvió, que fue premiada cuatro veces por sus servicios a la seguridad nacional. Su trayectoria se hizo imparable: jefe adjunto del Mosad en 2019, dos años más tarde alcanzó el mando supremo. Y con físico de actor de Hollywood.