Wilders retira tres de sus propuestas más controvertidas para apaciguar a los musulmanes de Países Bajos
Estas medidas prohibían, entre otras cosas, la venta de Coranes, la asistencia a mezquitas o escuelas musulmanas y el voto a personas con doble nacionalidad
Con el objetivo de calmar las tensiones en torno a su victoria en las elecciones, Geert Wilders y su Partido por la Libertad han retirado formalmente tres de sus propuestas legislativas más controvertidas, dos de las cuales señalaban directamente a la población musulmana.
Esta decisión es parte de un esfuerzo por parecer más moderado y, por lo tanto, más atractivo para amplias partes de la población neerlandesa desde las elecciones de noviembre de 2023. También busca así atraer a otros partidos y lograr formar la coalición que le permitirá gobernar.
Sin embargo, el flamante líder no pretende gustar al resto del bloque europeo y mantiene, de momento, su postura euroescéptica, que inspira en muchos el temor a un 'Brexit' neerlandés.
El Islam es la segunda religión más grande en los Países Bajos, después del Cristianismo, y es practicada por el 5 % de la población según estimaciones de 2018. La mayoría de los musulmanes en los Países Bajos pertenecen a la denominación sunita y representan, por lo tanto, una parte importante de la población.
En vista de esas circunstancias,Wilders comunicó la retirada formal de sus propuestas. Una de ellas buscaba prohibir «ciertas expresiones islámicas», incluyendo la posesión, venta o distribución de Coranes.
También se pretendía prohibir asistir a escuelas islámicas bajo pena de hasta cinco años de cárcel. Bajo esa propuesta, una sola visita a una mezquita podría haber significado unos meses tras las rejas. El Consejo de Estado holandés describió la idea como contraria a «principios esenciales del estado de derecho democrático» y afirmó que buscaba «establecer que el Islam no es una religión, sino una ideología totalitaria y violenta».
Otra propuesta retirada pretendía prohibir a personas con múltiples nacionalidades ocupar cargos oficiales y privar del derecho al voto a personas con pasaportes dobles. La nota explicativa asumía que esto afectaría a 1.3 millones de personas con nacionalidad turca o marroquí además de la neerlandesa.
La tercera propuesta buscaba la detención administrativa de yihadistas sospechosos durante un máximo de seis meses sin la intervención de un juez y antes de cualquier condena. El Consejo de Estado dictaminó que la propuesta «excedía los límites de manera inaceptable en un Estado constitucional».
Retirada estratégica
Como las propuestas no contaban con apoyo de otros partidos, no había posibilidad de que se convirtieran en ley, pero si que suponían una señal de la intransigencia política de Wilders.
Por eso, su retirada decepciona a quienes votaron por él, ya que representan un reblandecimiento de su postura a pesar de promesas anteriores de nunca retractarse de sus palabras.
El partido Movimiento Ciudadano-Agricultor acogió con beneplácito la decisión, describiéndola como «un buen paso en la dirección correcta». En una reacción al periódico Telegraaf, expresó su esperanza de «continuar hablando de otros temas importantes y sustanciales en las próximas semanas».
Los partidos involucrados en la formación de un nuevo gobierno negocarion varios temas antes de las vacaciones de Navidad, incluyendo la Constitución, los derechos fundamentales y el estado de derecho.
Ronald Plasterk, quien lidera las negociaciones para formar un nuevo gobierno, había señalado que Pieter Omtzigt, del centrista Partido Demócrata Cristiano, era crítico con el aspecto del Estado de derecho del programa de Wilders, y el partido de tendencia liberal VVD también tenía preocupaciones similares.
Anteriormente, Wilders afirmó que si aceptaba la responsabilidad de gobernar, estaba dispuesto a poner iniciativas controvertidas «en pausa».