Sistema saturado
Bélgica quiere modificar su ley de inmigración para tener más control y simplificar los procedimientos
La actual legislación data de 1980 y actúa como embudo ante la avalancha de inmigrantes y solicitudes de asilo que recibe el país
Este jueves, la secretaria de Estado de Asilo y Migración Nicole de Moor ha presentado el recién creado Código de migraciones controladas, la nueva ley inmigratoria. El documento ha sido respaldado por todos los servicios especializados en asilo e inmigración, precisamente los que anunciaron hace dos meses que no daban abasto para atender todas las solicitudes.
La ley actual data de 1980 y después de tres décadas de discusiones sobre un nuevo código, el texto que consta de 16 secciones derivadas de 19 directrices con principios fundamentales establecidos por el Consejo de Ministros el 4 de febrero de 2022.
"Menos procedimientos, tolerancia cero con los abusos, menos carga de trabajo y más seguridad jurídica, eso es lo que queremos conseguir con este nuevo código de migración controlada”, apuntó de Moor. La nueva ley representa un cambio significativo en la legislación belga sobre inmigración.
Primero y más importante: se reducirán los procedimientos y la carga de trabajo de los funcionares. El gobierno pretende reducir la burocracia y hacer que los procesos sean más eficientes. Solo en Amberes, alrededor de 14.560 ciudadanos de la UE se registran cada año.
En relación con lo anterior, se pretende acabar con los abusos. Los funcionarios han denunciado que el fraude en las peticiones de asilo va en aumento y el sistema queda bloqueado. La UE considera como refugiados a lo que antaño se denominaba inmigrantes económicos, lo que ralentiza los procesos de aquellos que verdaderamente son perseguidos en sus países. Que el terrorista islámico que mató a dos ciudadanos el pasado año siguiera en suelo belga después de haber sido rechazado en varias ocasiones sus solicitudes de asilo, hizo saltar las alarmas.
La secretaria ha criticado que la antigua ley de extranjería de 1980 es compleja en su enfoque y no sirve para afrontar los retos de hoy en día. De esta manera se pretende proporcionar una mayor seguridad jurídica. En este sentido, se informa de que todos los ciudadanos de la UE que se establezcan en Bélgica serán controlados sistemáticamente para verificar el cumplimiento de las condiciones.
Se impondrán restricciones a los accesos a los servicios de guardería en ciertos casos, como cuando los padres vuelven a presentar una solicitud de asilo después de una decisión negativa. Hasta ahora, entre solicitudes se conseguía la plaza, lo que servía para retrasar la expulsión de la familia o, incluso, cancelarla.
Uno de los puntos más llamativos es que la policía podrá determinar el estado de residencia de los ciudadanos directamente a través del registro nacional, lo que agilizará el proceso. Por el momento es obligatorio que en todos los portales se ponga el nombre de los vecinos de cada edificio con el fin de facilitar la tarea de reconocimiento a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
El código se centra en simplificar los procedimientos, aumentar la transparencia y mejorar la eficiencia en el manejo de asuntos inmigratorios en Bélgica. Además, se destaca la necesidad de abordar los problemas internamente, además de las reformas a nivel europeo que ya están en marcha con el pacto inmigración y asilo.