Convictos sangrientos y crueles: así son los combatientes Storm Z con los que Putin quiere reconquistar Jarkov
El Kremlin empleará de forma masiva unidades formadas por exconvictos para su esperada gran ofensiva de invierno sobre la región de Jarkov
Son despiadados, crueles y sin escrúpulos. Su historial está manchado de sangre y no temen a la muerte en el campo de batalla porque tampoco tienen nada que perder.
De hecho, en el mejor de los casos, si sobreviven a la guerra en Ucrania, obtendrán la impunidad por sus crímenes y la libertad.
Como contrapartida, el Kremlin los utiliza como carne de cañón. Bajas en combate baratas, que no causan descontento social. No habrá familiares que los lloren ni indemnizaciones que pagar por sus muertes.
Los combatientes de las nuevas unidades rusas de asalto Storm Z –creadas con reclusos, en su mayoría criminales condenados por delitos de sangre o violación– se han convertido en la nueva arma temible en manos del presidente ruso Vladimir Putin para luchar contra las fuerzas ucranianas: una nueva punta de lanza destinada a cumplir la función que cumplieron en Mariúpol, Sverodonetsk o Bajmut los mercenarios del Grupo Wagner.
Los Storm Z llevan varios meses en combate. Ya se les vio en el sitio de Bajmut y también en posiciones defensivas durante la pasada fracasada contraofensiva ucraniana de verano.
El balance hasta el momento no es que sea muy positivo. Indisciplinados, tendientes a la insubordinación y a propasarse con el alcohol, estos combatientes mandados a morir a las trincheras sin casi formación militar no han logrado hasta el momento grandes avances.
Pero los planes del Kremlin pasan por mandarlos en ataques suicidas oleada tras oleada sobre las líneas ucranianas para desgastarlas y enviar detrás a las fuerzas regulares rusas, que serán las que realicen los verdaderos avances.
«Solo son carne» dijo de ellos un soldado regular ruso en declaraciones a Reuters. Los oficiales rusos ni siquiera creen necesario dar atención médica a los Storm Z heridos, o rescatar a los que se han quedado atrás. Simplemente los dejan morir y abandonan sus cadáveres.
Las unidades Storm Z son también unidades de castigo para soldados regulares indisciplinados. Aquellos que son identificados borrachos, o que hayan incumplido una orden, se hayan replegado en combate o hayan cometido alguna otra irregularidad, pueden ser enviados a los grupos Storm Z, lo que equivale a una muerte casi segura.
Esa nueva ofensiva del Kremlin tiene como objetivo conquistar todo el terreno posible en la región de Jarkov, reconquistada por Ucrania en septiembre de 2022, para crear un colchón que proteja a la región rusa de Belgorod de ataques de la artillería ucraniana de largo alcance.
Putin, además, necesita una gran victoria en el campo de batalla ucraniano que le permita llegar a las elecciones de marzo de 2024 como un gran zar victorioso.
Asimismo, el alto mando ruso cree que este es un momento idóneo para asestar un fuerte golpe a Ucrania en un contexto en el que Kiev, con la ayuda militar occidental bloqueada hasta nuevo aviso, se está quedando sin municiones de artillería.