Seguridad europea
Bruselas movilizará más de 1.000 millones de euros en diferentes proyectos de defensa a partir de este año
La UE ve las orejas al lobo entre Rusia, China y unos Estados Unidos que se repliegan de sus frentes tradicionales ante las nuevas amenazas
En una decisión sin precedentes, la Comisión Europea destinará más de 1.000 millones euros para financiar diversos proyectos de Defensa con el fin de no quedarse atrás en la carrera armamentística que lideran Estados Unidos, China y Rusia.
La configuración del orden mundial como lo hemos conocido está llegando a su fin. Se pudo sentir en 2001 con el ataque a las Torres Gemelas; se constató durante la crisis económica de 2007 y se confirmó durante la pandemia de coronavirus. La estocada ha sido la guerra de Ucrania y sus consecuencias.
Xi Jinping aseguró en 2021 en el Foro Económico Mundial de Davos que «la globalización como la hemos conocido» había terminado. Las consecuencias de la invasión rusa han sacado a la luz las frágiles cadenas de suministros que sostienen la globalización. Es decir, el acceso a los mercados con más o menos libertades, así como a la compra-venta de materias primas y otros recursos.
Esta debilidad se traduce en una alta posibilidad de conflicto, más allá de las guerras proxy a las que estamos acostumbrados en las últimas décadas (conflictos localizados en las que varias potencias se enfrentan de manera no convencional). Para no quedarse atrás, ahora que entra en juego la inteligencia artificial en el campo militar, es imperativo una inversión decidida en el sector de la defensa.
Europa, acostumbrada a estar protegida bajo el ala de Estados Unidos -ya sea paloma o halcón-, está despertando de un largo letargo al ver las orejas al lobo en varios frentes. Es por eso que la Comisión Europea tiene planes ambiciosos para invertir en tecnologías fundamentales destinadas a la próxima generación de guerra convencional, con un enfoque particular en la inteligencia artificial aplicada a sistemas autónomos y no tripulados.
Un documento interno, según un medio local especializado, detalla la intención de la Bruselas de destinar 335 millones de euros a 16 proyectos de investigación y 630 millones de euros a 17 proyectos de producción en el año 2024, sumando un total de 935 millones de euros. Los fondos serán financiados a través del Fondo Europeo de Defensa (FED).
Los proyectos identificados en el documento reflejan una clara preferencia por la inversión en equipos de guerra convencional -incluyendo tecnologías disruptivas- en respuesta a la importancia de estos demostrada en el campo de batalla durante el conflicto entre Rusia y Ucrania. Una guerra en la que los drones y los sistemas de guía son vitales, empuja a los ejércitos a poseer herramientas que permitan reducir su impacto.
Actualmente, el FED ya respalda la investigación y desarrollo en el ámbito de la defensa, colaborando con empresas de tres países distintos para fomentar la colaboración y ofrecer alternativas a los productos estadounidenses en el mercado global. Las principales son alemanas y francesas.
El Ejecutivo comunitario planea publicar las convocatorias de 2024 en marzo o abril, instando a empresas del sector a presentar ofertas antes de finales de año.
Helicópteros versátiles
El proyecto más destacado, en cuanto a cuantía de financiación, se centra en el desarrollo del helicópteros de próxima generación (100 millones de euros). El objetivo es renovar las flotas europeas entre 2035 y 2040.
El documento analizado también abordaría la falta de capacidad actual en la flota europea y de la OTAN, subrayando la importancia de proporcionar soluciones europeas competitivas en el mercado internacional.
Las empresas estadounidenses no dan abasto y algunos pedidos se están retrasando, como los F-16 de Lockheed Martin. Cazas de quinta generación como los F-35 son uno de los pedidos estrella pese a su alto coste tanto de producción como de mantenimiento. Los Sukhoi Su-57 sería su homólogo ruso; por parte de China, el Chengdu J-20.
Armas hipersónicas, el futuro
Otro de los proyectos que recibirán una abundante serán los sistemas hipersónicos. Hasta 78 millones de euros se destinarán para desarrollar detectores hipersónicos con el objetivo de detectar, rastrear y contrarrestar las armas hipersónicas. Estas armas convierten las defensas aéreas actuales en inservibles al ser inalcanzables por su velocidad.
Adicionalmente, se destinan 35 millones de euros a la investigación de misiles aire-aire avanzados, enfocados en contrarrestar amenazas aéreas modernas como aviones de combate de quinta y sexta generación, así como sistemas aéreos no tripulados y misiles de crucero.
Los aviones de sexta generación todavía son prototipos pero, según fuentes estadounidenses, serían cazas que darían la superioridad aérea a Occidente durante décadas. Si la UE es capaz de modernizas su flota aérea hasta ese punto, incluso desarrollar tecnologías propias, se estaría dando un gran salto hacia una autonomía largamente deseada.
A todo lo anterior ha de sumarse una inversión de 30 millones de euros en sistemas inteligentes de armamento y munición con el objetivo de aumentar la precisión y reducir la dependencia de la navegación por satélite fuera de la Unión Europea.
Mecanismo de equidad en defensa
En paralelo a las inversiones ya descritas, la Comisión Europea -a través de la Dirección General de Industria de Defensa y Espacio (DEFIS)- se ha asociado con el Fondo Europeo de Inversiones (FEI) para lanzar el Mecanismo de Equidad en el Ámbito de la Defensa, una iniciativa destinada a fortalecer el respaldo financiero a la defensa y seguridad de la Unión.
Con una financiación conjunta de 175 millones de euros, provenientes tanto del FED como de recursos adicionales del FEI, la iniciativa tiene como objetivo ampliar significativamente la capacidad de inversión del segundo durante los próximos cuatro años. Estos fondos se destinarán a apoyar fondos de capital riesgo que abarquen tecnologías relevantes.
La inversión es de un total de 175 millones de euros y se espera que atraiga inversiones privadas adicionales a los fondos respaldados, generando un impulso financiero total de alrededor de 500 millones de euros en apoyo a empresas europeas.
Según el comisario Breton, con este mecanismo «la Comisión Europea y el Fondo Europeo de Inversiones demuestran su compromiso de mejorar el acceso a la financiación para el sector de la defensa».